Detrás de una pantalla todos somos muy valientes. La desinhibición social online que se produce en Internet nos da alas en muchas ocasiones para mostrar la cara más extrema de nuestra personalidad. Tanto para bien como para mal. Aunque nuestro pequeño diablo interior se aprovecha en ocasiones de esa situación de protección cuando no tenemos delante a la persona que recibe nuestros mensajes.
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¿Dirías todo lo que dices en Internet a la cara?
En la red social se magnifican los insultos que en una comunicación cara a cara sería impensables contra personas que en ocasiones ni conocemos. Ya lo predecía el famoso experimento de Milgran sobre la obediencia y la justificación de la violencia de personas aparentemente normales. La red se convierte en el nicho de odiadores que insultan, amenazan y menosprecia a todo clase de personas, siendo las de mayor popularidad foco de su atención, para lograr la máxima repercusión social de sus seguidores.
El anonimato y el efecto arrastre que se produce en las redes sociales consegue una validación social que parece en ocasiones a aliviar la necesidad de acción-reacción y parece incluso que con cierto placer por hacer daño a los demás o regocijándose de los errores ajenos. A este último se le llama Efecto Schadenfreude y puedes saber más sobre él en este otro artículo.
En la comunicación interpersonal normal existen multitud de bloqueadores corporales que nos guían a la hora de expresarnos con la otra persona y nos frenan en el caso de sobrepasar ciertos límites. Esto no sucede en Internet. Por eso, el uso de emoticones, o expresiones escritas que expliquen mejor la emoción que estamos intentando expresar con nuestro mensaje facilita nuestra comunicación eficiente.
Puedes ver aquí la entrevista para La Voz de Galicia en la que participo como experto dando mi visión profesional sobre este tipo de comportamientos en Internet.
Además, también puedes ver en este otro enlace mi participación en el documental de Documentos TV, ‘Cuando la Red No es Social‘. Donde durante cerca de una hora diversos expertos, entre los que me incluyo, y afectados explican los peligros de la red social cuando se convierte en un lugar donde desplegar el odio sin control.
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