A lo largo de nuestras vidas tenemos que enfrentarnos a situaciones difíciles, desestabilizadoras, condiciones de vida indeseables o traumas graves. La capacidad de afrontar este tipo de situaciones y continuar proyectándose en el futuro a pesar de las adversidades es lo que se conoce como resiliencia. Estas pequeñas crisis personales pueden ser:

  • Crisis evolutivas: son los cambios que se producen de manera más esperada y que le suceden a la mayoría de las personas a lo largo de su vida. Son ejemplos de estos los cambios biológicos de la adolescencia, las responsabilidades adquiridas, la vejez, las pérdidas de seres queridos de forma natural, etc.
  • Crisis no normativas: las producidas por hechos inesperados, como pueden ser los accidentes, los divorcios o separaciones, las pérdidas de trabajo, una grave enfermedad. etc.

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Ante estas situaciones se puede o bien quedarse estancado y retroceder o bien introducir cambios en la vida para seguir creciendo y madurando. Esto último es lo que hacen las personas con una buena resiliencia. No nacemos con una fuerte resistencia mental de por sí, sino que desarrolla a lo largo de nuestras vidas, podemos aprender la habilidad de gestionar las adversidades y potenciar nuestro nivel de resilencia personal. Cada vez que nos levantamos tras una caída estamos mejorando nuestra capacidad de resiliencia.

 

Los hábitos básicos de las personas resilientes.

Según la experta en desarrollo de personas y líderes empresariales Lolly Daskal las personas que una alta resiliencia poseen 4 hábitos básicos:

1. Están conectados con sus emociones.

Son personas con una alta inteligencia emocional y saben como gestionar y controlar sus emociones. Es un error suprimir los sentimientos que genera una situación de crisis. Es necesario ser consciente de lo que te está ocurriendo y aprender a tener el control de la ansiedad que podría generar una situación de crisis. En psicología, se dice que una persona es resiliente cuando es capaz de superar situaciones altas de estrés o traumáticas sin sufrir secuelas posteriores.

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2. No escuchan voces negativas.

Las personas resilientes son capaces de superar la negatividad y sumergirse dentro de sus cabezas para descubrir lo que está provocando esta situación adversa. Son capaces de transformar estas ideas negativas en intenciones positivas de cambio. Las personas resilientes son positivas y creen en su propia fuerza y habilidades para superar los problemas, buscan las futuras soluciones.

3. Saben como recuperarse.

La palabra resiliencia tiene su origen en la palabra latina resilire, que significa saltar de nuevo. Por tanto, resiliencia significa saber recuperarse de las adversidades de la vida y saltar a nuevas oportunidades que la vida puede aportarnos, con la experiencia de los problemas anteriores que ayudarán a saltar mejor en ese trampolín hacia la vida. Todos podemos hacerlo, solo hay que saber el cómo o aprender a apoyarse en alguien (ya sea profesional o no) que sirva de bastón para poder seguir caminando. Son múltiples los ejemplos de deportistas de élite que han sabido recuperarse gracias a su resistencia mental, como fue el conocido caso del ex-futbolista del F.C. Barcelona, Eric Abidal, que tras superar un cáncer volvió a la competición profesional.

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4. No necesitan controlar todo.

Las personas con resiliencia alta no necesitan tener todo bajo su control. Se adaptan a las circunstancias externas, saben que solo pueden controlar aquello que está dentro de su zona de control (sus actitudes, sus emociones y sus propias conductas). A veces la culpa no es tuya y no puedes hacer nada para remediarlo, pero sí aprender a controlar la situación personal y tu forma de actuar ante el problema.

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Consejos para aumentar la resiliencia.

Estos hábitos o conductas son difíciles de aprender pero es función personal de cada uno el intentar mejorar sus capacidades para afrontar los sucesos estresantes venideros. Algunos consejos para potenciar la resiliencia podrían ser:

  • Realizar actividades placenteras (leer, ir al cine, a conciertos…)
  • Establecer buen contacto con familia y amigos.
  • Estar en contacto con la naturaleza, salir a pasear al sol.
  • Practicar algún deporte o actividad física.
  • Realizar ventilaciones emocionales de forma adecuada (expresar sentimientos).

Por otro lado convendría evitar las siguientes situaciones:

  • Evitar el aislamiento o retraimiento social.
  • Controlar la rumiación de ideas.
  • Evitar una ventilación emocional inadecuada (transmitir sentimientos a quien no proceda).
  • Lógicamente, evitar el consumo de alcohol o drogas para superar las crisis. Una persona con poca resiliencia puede ser vulnerable a caer en adicciones.

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Referencias:

  • 4 habits of the most resilient people
  • Amparo Osca, Francisco Palací, Juan A. Moriano y Ana Lisbona (2016). Nuevas perspectivas en Psicología de las Organizaciones. Madrid: UNED-Sanz y Torres.

Iván Pico

Director y creador de Psicopico.com. Psicólogo Colegiado G-5480 entre otras cosas. Diplomado en Ciencias Empresariales y Máster en Orientación Profesional. Máster en Psicología del Trabajo y Organizaciones. Posgrado en Psicología del Deporte entre otras cosas. Visita la sección "Sobre mí" para saber más. ¿Quieres una consulta personalizada? ¡Escríbeme!

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