El trabajo del psicólogo deportivo comienza en la pretemporada. Al igual que durante las semanas previas a la competición se trabaja en alto porcentaje el estado físico-condicional y resto de trabajo técnico-táctico, las capacidades psicológicas deben ser trabajadas desde el principio. Usar la figura del psicólogo como revulsivo o de forma puntual puede ser menos efectiva al ser visto por el grupo como un agente externo, cuando en realidad debería ser visto como parte activa del cuerpo técnico de forma natural, al menos en los equipos de alto rendimiento.
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La pretemporada es el periodo pre-competitivo en el que se prepara a los jugadores y colectivo para la o las competiciones específicas que tendrán lugar durante el periodo competitivo. Esta preparación variará en función de las competiciones a disputar y su nivel de importancia: liga, copa, etc. Algunas de ellas como pueden ser las competiciones menores, como amistosos o incluso partidos oficiales de supercopa que se suelen jugar a principios de temporada, que deben ser diferenciadas de las competiciones test más trascedentes. Lógico.
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Existen tres grandes puntos generales a la hora de la preparación psicológica específica de los deportistas, determinar el plan de actuación, la exposición a los condicionantes y los efectos que esta produce.
La elección de estrategias para afrontar las competiciones. Se trataría de analizar las demandas de la competición y la valoración de los recursos existentes tanto humanos como materiales (los propios jugadores o cuerpo técnico) de cara a elaborar el plan de actuación más adecuado y tomar las decisiones pertinentes. El entrenador, cuerpo técnico y los propios jugadores analizan las demandas de la competición para elegir la estrategia y planificación a seguir. El psicólogo ayudará a perfeccionar estos planes y el método de trabajo a seguir.
Durante este proceso se toman las decisiones de establecer los objetivos deportivos en función de la competición, los jugadores disponibles (altas, bajas, estado físico y mental), los recursos humanos y materiales y las características de la competición (liga regular, eliminatorias, fases de grupos, etc.), los rivales o el calendario de competición y entrenamientos.
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Algo importante en esta fases es ya delimitar las alternativas al plan de actuación, elaboración tablas comparativas entre planes que permitan comprar sus pros y sus contras para poder estudiar estrategias para eliminar las desventajas de los planes de actuación. Con todo esto se toma la decisión final y la estrategia a seguir en la planificación de la temporada o competición específica.
Normalmente las competiciones son muy seguidas entre sí (liga, copa, etc.) por lo que a la hora de tomar la decisión se seguirán estos pasos:
Este periodo se corresponde con la pretemporada deportiva, donde el psicólogo iniciará la evaluación de los recursos mediante diversas estrategias de recogida de información.
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La exposición de los deportistas a las condiciones específicas más relevantes para la competición en los que poder ensayar los planes de actuación. El máximo exponente de la exposición son los partidos amistosos por lo que habrá que decidir el cuándo se juegan y el nivel de cada uno de ellos.
La exposición no debe generar una respuesta emocional intensa cuando la proximidad de la competición se acerca.
Durante el entrenamiento se deben practicar las situaciones reales de juego que afectan a nivel emocional y de activación sobre el jugador: deliminar reglas de juego reales, efecto del árbitro sobre el juego, situaciones de inferioridad, rivales superiores (partidos contra equipos de otra categoría) o incluso realizar sesiones bajo presión (afición, público…). En deportes de élite el psicólogo deportiva ha de tener también en cuenta las relaciones externas del jugador asociadas a la competición tales como ruedas de prensa o atención a medios o redes sociales.
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Las situaciones se pueden practicar tanto en vivo como en imaginación, las primeras de ellas de forma integrada con los ejercicios de juego real condicionado y las segundas en sesiones supervisadas con el psicólogo o incluso instruir a los jugadores para que ellos mismos puedan realizarlas. Por ejemplo, imaginar situaciones de estrés del partido o una situación de uno contra el portero. El ensayo en imaginación es beneficioso siempre en momentos próximos a la competición, de forma que se regula la activación. Además, se puede compaginar con vídeos pre-partido del rival o propios para recordar situaciones de juego, eso sí, siempre situaciones reforzantes y no aquellas en las que los jugadores tengan mayor debilidad. Se trata de mejorar su automotivación y confianza previa al partido. En momentos posteriores se podrá corregir ese tipo de conductas negativas. Los videos motivaciones deben ser expuestos con tiempo suficiente para equlibrar la activación del jugador.
En general la exposición no debe generar una respuesta emocional intensa cuando la proximidad de la competición se acerca para evitar un aumento de la activación y un descenso del autocontrol y autoconfianza que será determinante el día de la competición. Es decir, menor exposición cuanto más proximidad a la situación real, por este motivo la sesión anterior al partido, en deportes de rendimiento, se suelen eliminar las situaciones de estrés (juego real condicionado). Próximo a la competición sí se deben realizar ejercicios que los jugadores dominen para fomentar así su autoeficacia percibida.
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Si el tiempo de preparación es largo, una pretemporada larga, la exposición más aversiva debe ser al principio durante los primeros microciclos, que dará margen a la mejora de las habilidades emocionales y de autocontrol. Posteriormente se deben evitar situaciones estresantes salvo para compensar una excesiva relajación (un partido muy sencillo contra un rival de otra categoría).
El ensayo mediante la exposición cobra especial importancia en deportes en los que la estrategia o los estímulos sean muy constantes como sucede en el futsal, balonmano o baloncesto.
Disponer de una planificación psicológica integrada con el resto de planificación deportiva repercutirá principalmente en 7 aspectos fundamentales para cualquier deporte:
Por tanto, la preparación psicológica para las competiciones específicas beneficiará en la evaluación de las demandas de la propia competición y la toma de decisiones sobre las estrategias deportivas y objetivos, favorece la exposición y el ensayo e inciden directamente en las variables psicológicas que influyen en el rendimiento deportivo y que serán trasladadas posteriormente a la vida diaria del jugador como puede ser la motivación, el estrés, el autocontrol o la autoeficacia percibida así como las variables sobre la inteligencia emociona, la creatividad o la resolución de problemas.
El trabajo psicológico presentado se corresponde a la fase específica del entrenamiento deportivo. Sin embargo, el psicólogo puede tener un papel importante durante toda la planificación anual de cualquier equipo en estos 7 periodos fundamentales:
Hablamos del trabajo del psicólogo como miembro del cuerpo técnico. Si bien no olvidemos la importancia de las formaciones o charlas psicoeducativas en fomento de la cultura deportiva y prevención de ciertas conductas inapropiadas por jugadores, entrenadores y familias. Este último caso más recomendadas a deporte de formación y que pueden ser introductorias a la figura del psicólogo deportivo miembro del staff técnico dando confianza futura al jugador para con el trabajo del psicólogo.
Recuerda siempre, que la figura que controla todos estos aspectos es el psicólogo deportivo. Pon un psicólogo en tu vida.