Definir inteligencia emocional necesitaría de un amplio número de variables y criterios que la implican. Primero debemos partir de los conceptos que la forman: inteligencia y emoción. Por un lado, la inteligencia es la capacidad para resolver problemas, aprender y crear nueva información. Por el otro lado, las emociones son procesos psico-fisiológicos que funcionan como indicadores de lo que sucede en nuestro ambiente (información emocional) para así tomar una respuesta o realizar una acción adaptativa acorde (procesamiento).
Definición de inteligencia emocional
Por tanto, la inteligencia emocional es la capacidad de procesamiento de la información emocional que sirve para adaptar nuestra conducta y procesos mentales a una determinada situación o contexto. Cuanta mayor capacidad tengamos de resolver este tipo de problemas, mayor inteligencia emocional tendremos.
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Evolución histórica de la definición de inteligencia emocional
La inteligencia emocional ha sido un constructo muy estudiado por diferentes investigadores y ha generado una enorme discusión al respecto. Existen diversas definiciones de inteligencia emocional desde que Salovey y Mayer (1990) la referenciaron por primera vez en un artículo llamado Emotional Intelligence, descrita como la parte de la inteligencia social que consistía en la habilidad para observar las emociones tanto nuestras como las de los demás para usar esa información en la resolución de conflictos.
Según Mayer y Salovey (1997), puede definirse la inteligencia emocional como “la capacidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, la capacidad para acceder a sentimientos (o generarlos) que faciliten el pensamiento, la capacidad para comprender las emociones y el conocimiento emocional y la capacidad para regular las emociones promoviendo el crecimiento personal e intelectual”. Es por tanto que en los últimos años el desempeño de las personas no es tanto medido solo por su capacidad intelectual, medida por su coeficiente intelectual, sino que la capacidad emocional juega un importante papel, por lo que han sido numerosos los estudios al respecto y las definiciones de este constructo de la personalidad.
Este concepto fue también introducido dentro de la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (1993). Para este autor existen ocho tipos de inteligencias diferenciadas en función del espacio cognitivo utilizado: inteligencia lógico-matemática, lingüística, corporal-kinestésica, espacial, musical, naturalista, intrapersonal e interpersonal. Estos dos últimos tipos de inteligencia son los que definirían también el significado de inteligencia emocional, por un lado, la inteligencia intrapersonal es la capacidad de percibirnos a nosotros mismos y dirigir nuestra propia vida mediante constructos como la autodisciplina, la autocomprensión, y la autoestima. A su vez, la inteligencia interpersonal sería la capacidad de percibir en las demás diferencias en relación a sus estados de ánimo, motivaciones o temperamento.
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Tomando como base estas conceptualizaciones previas, se llega a una de las definiciones de inteligencia emocional más aceptadas, la desarrollada por Goleman (1996) que la divide en cinco componentes: autoconciencia, autorregulación, automotivación, empatía y habilidades sociales. Este autor la define como un conjunto de habilidades que nos permite, entre otras cosas, tomar las riendas de nuestros impulsos emocionales, comprender los sentimientos más profundos de nuestros semejantes y manejar amablemente nuestras relaciones.
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Más recientemente, Mayer, Salovey y Caruso (2008) volvieron a redefinir el término inteligencia emocional proponiéndolo como una habilidad del procesamiento de la información emocional como guía del pensamiento y la conducta, así como un conjunto de autopercepciones situadas en los niveles más bajos de la jerarquía de la personalidad (Petrides, Pita, & Kokkinaki, 2007).
Beneficios de la inteligencia emocional
Los beneficios de la inteligencia emocional han sido contrastados por diversos estudios en los últimos años. Se relaciona positivamente con constructos de la personalidad como son la extraversión, amabilidad, estabilidad emocional, apertura o conciencia y de forma negativa con el neuroticismo (Di Fabio y Saklofske, 2014). Esta relación también ha sido estudiada por Pérez-González y Sánchez-Ruiz (2014), que demostraron que la inteligencia emocional podía ser considerada como un indicador de los factores generales de la personalidad entre los que se incluyen: apertura a la experiencia, responsabilidad, extraversión, amabilidad o la estabilidad emocional.
Existen diversos estudios que acreditan que los programas de intervención socioemocional mejoran diversos componentes de la inteligencia emocional tales como las habilidades sociales interpersonales (Bracket, Rivers Reyes y Salovey, 2010) o la resolución de problemas interpersonal (Gómez-Pérez et al, 2014).
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Este artículo es un extracto del trabajo fin de máster titulado Efectos de la práctica deportiva en equipo durante la adolescencia en los componentes sociales e interpersonales de la inteligencia emocional, precursora del éxito laboral, trabajo realiazado por Iván Pico Martínez en 2017, creador y director de psicopico.com.
Referencias:
Brackett, M., Rivers, S., Reyes, M., P. Salovey, P. (2010). Enhancing academic performance and social and emotional competence with the RULER feeling words curriculum. Learning and Individual Differences, 22 (2). 218–224
Gardner, H. (1993). Frames of Mind: The Theory of Multiply Intelligences. New York: Basic Books
Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional (4a ed. edición). Barcelona: Kairos.
Di Fabio, A., Saklofske, D.H. (2014). Comparing ability and self-report trait emotional intelligence, fluid intelligence, and personality traits in career decision. Personality and Individual Differences, 64. 174–178
Mayer, J., Salovey, P, (1990). Emotional intelligence. Imagination, Cognition, and Personality, 9, pp. 185–211
Mayer, J. Salovey, P, (1997). What is emotional intelligence? P. Salovey, D.J. Sluyter (Eds.), Emotional development and emotional intelligence: Educational implications. New York: Basic Books
Mayer, J., Salovey, P., Caruso, D. (2008). Emotional intelligence. New ability or eclectic traits? American Psychologist, 63(6),503–517 .
Pérez-González, J.C., Sánchez-Ruiz, M.J. (2014). Trait emotional Intelligence anchored within the Big Five, Big Two and Big One frameworks. Personality and Individual Differences, 65. 53-58.
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