Tratamos de entender a los demás cuando en realidad no nos entendemos ni a nosotros mismos. El primer paso para comprender a los demás es tomar autoconciencia y autoconocimiento personal. Estos son los pilares básicos del desarrollo de la inteligencia emocional: conocer nuestra propia personalidad, nuestras emociones y cómo las presentamos ante los demás. Sólo así podremos potenciar nuestra inteligencia emocional aprovechando los recursos y oportunidades porque seremos conscientes de ellas, porque seremos capaces de comprender nuestra propia realidad.
Nos sacamos montones de selfies con nuestros móviles pero, ¿realmente sabemos quién está detrás de ese selfie?
La autoconciencia es la capacidad de reconocer nuestras propias emociones y como afectan a nuestro estado de ánimo y por consiguiente a como nos comportamos debido a ellas. Se trata de tomar perspectiva sobre nuestros propios actos y pensamientos de manera consciente, es el primer paso para poder cambiar o regular nuestro comportamiento y mejorar, regular o cambiar conductas inadecuadas o la expresión de las emociones.
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Conseguir un profundo conocimiento de uno mismo no es sencillo, pero tampoco imposible. Se necesitan cierta capacidad de autocrítica que podemos basar en la consecución de estos objetivos:
Reconocer emociones básicas suele ser bastante sencillo, todos sabemos cuando estamos tristes, alegres o sorprendidos, a no ser que tengas alexitimia. Sin embargo con esto no es suficiente, debemos esforzarnos en conocer los matices de las emociones ya que de las emociones básicas se derivan gran cantidad de emociones secundarias cada una con sus respectivos matices. Cuanto mejor conozcamos nuestras emociones más evolucionadas mejor sabremos las causas de su origen. Si quieres saber cómo se desarrollan las emociones unas de otras te recomiendo visitar este artículo: La rueda de las emociones, de Robert Plutchik.
Si no somos capaces de relacionar lo que estamos sintiendo con lo que estamos haciendo entraremos en un bucle de confusión mental y emocional que puede afectarnos tanto psíquicamente como físicamente. Las emociones están directamente relacionadas con el sistema nervioso, endocrino, muscular y por supuesto con nuestra expresión facial, movimientos corporales o nuestro tono de voz.
Si somos capaces analizar lo que sucede en nuestro organismo cuando nos vemos influenciados por una determinada emoción mejor sabremos controlarla. Por ejemplo, cuando sentimos ira se acelera nuestro ritmo cardíaco con su repercusión en los instintos más impulsivos.
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Otro de los objetivos de la autoconcienciación es percibir cómo están afectando a nuestro rendimiento personal nuestros pensamientos y emociones. Por ejemplo, darse cuenta de que cuando estamos enfadados baja nuestro rendimiento laboral o ser conscientes de que nuestros estados de ira afectan a nuestras relaciones interpersonales.
Llamamos valores a la manera de pensar y actuar que tiene cada persona directamente relacionados con la personalidad. Los valores se construyen a lo largo de la vida y pueden varias en función de determinas variables como la edad, el estatus social o el nivel económico. Reconocer los valores con los que nos regimos en nuestra vida es parte del proceso de toma de autoconciencia.
Así mismo, en relación a la escala de valores establecemos una serie de objetivos personales. Estas metas hacen referencia a los logros que queremos alcanzasr en los diferentes contextos de nuestra vida. Es importante, por tanto, reconocer cuáles son estos objetivos para poder hacerlos realidad, para ello es necesario que tengan ciertos requisitos: ser específicos, ser claros y entendibles, ser realistas, ser medibles y deben estar establecidos en un período temporal determinado.
El proceso por el que entendemos las emociones y aprendemos a gestionarlas fue definido por Claude Steiner (2011) mediante la escala de la conciencia emocional que se resumen en 7 etapas:
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El proceso de reconocimiento de las emociones, exige realizar un nivel de autocrítica muy elevado que en muchas ocasiones necesita de un apoyo externo de un profesional que sepa guiarte en la búsqueda de tus propias emociones.
Referencias: Steiner, C. (2011). Educación Emocional. Sevilla: Jeder Libros.
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Cuando publico este articulo?
¡Hola!
El artículo es del 24 de septiembre de 2017.
Un saludo,
Iván Pico
Pues la información me parece muy comprensible y detallada, me da mucho gusto haberla leído y tener un poco mas de conocimientos sobre la autoconciencia personal.
¡Muchas gracias por tu comentario! Espero que te haya ayudado.
Iván Pico