La comunicación es uno de los sustentos de la evolución de toda especie, es la capacidad de poder transmitir información de unos a otros de manera que eso sirva para mejorar diferentes aspectos de nuestra vida. Aprender unas buenas habilidades comunicativas es por tanto una de las mejores herramientas de mejora personal gracias a las cuales podremos relacionarnos con nuestro entorno de manera más eficiente mediante diálogos más fluidos y de mayor calidad.
Son muchas las competencias que a lo largo de nuestra vida vamos adquiriendo con la propia experiencia de comunicación. Somos seres sociales y de esa interacción vamos aprendiendo diferentes mecanismos de mejora de nuestras habilidades sociales de manera innata. Sin embargo, si nos hacemos conscientes de algunas de las mejores estrategias mejoraremos sustancialmente nuestras relaciones interpersonales. Estas son algunas de ellas.
Escucha activa
Es importante que la persona que se está comunicando con nosotros sepa que la estamos entendiendo y sienta esa retroalimentación que mejorará la calidad del mensaje, lo hará más conciso y evitará divagaciones en la conversación. Podemos realizar pequeños gestos como asentir con la cabeza, o decir algunas palabras que sugieran que se está entendiendo lo que se está diciendo. Usar palabras como “entiendo…”; “sí..”; realizar alguna pregunta para aclarar lo que se está hablando o incluso realizar comentarios para enriquecer el diálogo. La conversación fluye mejor si tanto mensajero como receptor ponen de su parte para lograrlo.
Asertividad y gestión emocional
En ocasiones, durante una conversación la persona que transmite un mensaje no lo hace del todo libre sino cohibido por algún tipo de temor o miedo a expresar sus creencias y sentimientos a la persona que tiene delante. La asertividad es esa capacidad emocional de saber expresar lo que se quiere sin dañar a los demás. Es la habilidad social de saber decir que “no” ante una petición que no se quiere realizar sin crear conflicto.
Contacto visual
Por los ojos entra mucha información y son altamente expresivos. Cuando miramos a otra persona cuando habla le estamos otorgando nuestra confianza. La mirada es el primer conector entre dos personas por lo que se debe mirar a los ojos cuando se habla, aunque no de forma abusiva y aprovechar los espacios en la conversación para mirar hacia otro lado, pero sí mirar a los ojos cuando se está explicando, sobre todo en los temas más importantes de la conversación. Estas miradas pueden dar información relevante sobre lo que es más importante del diálogo. La mirada también es un estímulo de feedback para conocer que nos están escuchando, que no solo oyendo.
Coherencia emocional
Las palabras que decimos deben ser consonantes con la emoción que se siente cuando las expresamos. Las emociones son los procesos psico-fisiológicos que nos inducen a actuar de una determinada manera. Trabajar nuestra inteligencia emocional a través del autoconocimiento y saber poner nombre a nuestras propias emociones ayudará a que esa información emocional esté bien trasladada a nuestro discurso.
Empatía
Relacionado con una buena gestión emocional está la capacidad empática de ponerse en el lugar del otro a nivel afectivo para saber cómo se puede estar sintiendo la otra persona y si esa emoción es coherente con lo que quiere expresar. Ser empática ayudará a mejorar el flujo de la comunicación ya que podemos aportar comentarios afectivos que mejoren el entendimiento emocional de lo que se quiere comunicar.
Lenguaje no verbal
No solo comunicamos con palabras sino que también lo hacemos con nuestros movimientos corporales, la distancia a la que nos encontramos, los gestos que realizamos con brazos, manos y piernas. Es importante no tener una posición muy defensiva (a no ser que sí queremos defendernos de un ataque), para ello podemos evitar tener los brazos cruzados o lanzar miradas desafiantes.
Negociación
Las posturas de dos personas (o de más) no tienen porqué ser las mismas, de hecho no suelen serlo. Esto es algo que evolutivamente nos hace mejorar porque aprendemos de los aciertos de los demás y los intentamos replicar en nuestras conversaciones. Ante esta situación de desequilibrio de intereses es importante mantener la conversación cuando estos intereses sí sean comunes sin invadir demasiado a la otra persona hasta que poco a poco se dialogue hasta un punto más en común de la temática que se esté tratando. Eso sí, respetando las creencias e ideales de los demás y realizando una comunicación no violenta. Por último y no menos importante es intentar crear un clima distendido y sin tensiones, que mejore la complicidad en la conversación y, de ser necesario, que el sentido del humor sea parte de la conversación. A todos nos gusta la risa, tanto la nuestra como verla en los demás.
Añadir Comentario