Una entrevista de trabajo busca obtener información precisa de nuestros candidatos para la evaluación posterior por lo que la figura del entrevistador es clave en el proceso de cara a recoger esta información eficientemente. Son muchos los artículos que hablan sobre los errores que no debes cometer durante una entrevista de trabajo, como entrevistado, pero, ¿cuáles son los errores del entrevistador más frecuentes durante la entrevista?
La persona que realiza la entrevista ha de regirse por ciertos ciertos principios básicos: individualización (no existen dos personas iguales), objetividad, autodeterminación (derecho a tomar decisiones), neutralidad, respeto absoluto, secreto profesional, clima de confianza, saber reforzar, escuchar, preguntar, obtener y registrar la información, etc. Estos principios se rompen cuando el entrevistador incurre en ciertos errores, como los que detallamos a continuación.
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En ocasiones el entrevistador se hace una idea demasiado globalizada, ya sea para bien o para mal, por el hecho de haber sido influenciado por una sola cualidad concreta. Tendemos a empatizar mejor y valorar más positivamente a una persona que tiene cualidades en común con nosotros. En una entrevista de trabajo esto puede dar lugar a errores en la elección del candidato, no porque te guste el mismo tipo de música será mejor o peor empleado después. Sus competencias no dependen de eso.
Cuando el entrevistador entra en valorar positivamente o negativamente al candidato sin ningún tipo de objetividad. Quizás la mancha que lleva en el traje no sea por ser una persona descuidada, sino quizás fue por querer ayudar a una persona a cruzar la calle. Pregúntale.
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Cuando un entrevistador está realizando muchas entrevistas para un determinado puesto de trabajo es común que empiece a realizar comparaciones entre los candidatos. La comparación tenemos que realizarla al terminar el proceso de selección en forma de evaluación y decisión final. Si el primer candidato presenta un curriculum impecable pondrá el listón muy alto al resto, pero el resto quizás tenga otras cualidades mejores.
Las conclusiones de la entrevista no se pueden basar solo en confiar en nuestra intuición, no somos adivinos (ni los psicólogos). Confiar de manera exagerada en nuestra propia intuición sin evidencias objetivas es como realizar una hipótesis sin contrastar con hechos. Los hechos los intentaremos averiguar, o acercarnos lo máximo posible a ellos por medio de la entrevista, no anticipes resultados.
Incurrimos en un error si elaboramos una conclusión general a partir de una información recibida sin confirmarla con el candidato entrevistado. Es decir, si han llegado rumores sobre la mala gestión de su empresa anterior no necesariamente ha tenido que ser por culpa de la gestión de tu candidato. Una vez más, pregunta para conocer tu respuesta y no te contestes a ti mismo con divagaciones.
Este error es muy común y suele suceder en cualquier tipo de comunicación interpersonal. Solemos dar más importancia a la información que recibimos hacia el final de la entrevista. ¿Acaso lo que contó al principio no la tenía?
Un entrevistador ha de ser objetivo en la evaluación del candidato y no calificarlos a todos con medianías. Seguro que hay alguno que es mejor o peor que otro y no pasa nada por así calificarlo.
Como es lógico, la entrevista ha de tener una cierta preparación. Es un error frecuente encontrase en una entrevista en la que el entrevistador no sabe qué hacer con la información que tiene o no sabe qué otra información quiere saber. Esto da lugar a silencios incómodos que notará el entrevistado. La conversación de la entrevista ha de tener un objetivo final y no convertirse en una charla sin rumbo.
Hay que conocer el momento para realizar ciertas preguntas directas que buscan recabar información concreta. Si preguntas algo complejo directamente según empezar la entrevista el entrevistado seguramente se sienta atacado y se defienda con cierta reticencia a hablar sobre ese tema. Calma, la entrevista acaba de empezar no quieras correr.
Si solo habla el entrevistador mal vamos. Hay que dejar que el candidato se explique para poder ofrecernos información relevante. La falta de paciencia suele ser uno de los errores de la entrevista más comunes por parte del entrevistador.
En ocasiones el entrevistador tiene 3 o 4 preguntas clave preparadas que para él son básicas para aceptar o descartar al candidato. La entrevista no se debe basar solo en esas preguntas, existen muchas más variables y otras preguntas que también son importantes y pueden modificar o compensar la respuesta a esas otras preguntas “clave”.
Hay que dedicarle cierto tiempo a la selección del personal. Estamos hablando de un puesto de trabajo que si lo elegimos correctamente puede reducir a la larga los costes de contratación. Si tenemos que contratar y despedir a una persona para un mismo puesto de trabajo varias veces es que algo hemos hecho mal y genera gatos extraordinarios. Así que, ármate de valor y dedícale un poco de tiempo a tu entrevista. Si hacemos una entrevista rápida y acelerada nos estamos perdiendo muchos puntos importantes del candidato por lo que haremos una evaluación incompleta.
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