Cada día son más las personas que recurren a un proceso de fertilización o reproducción asistida como medio para tener descendencia. En algunos casos el motivo es la propia infertilidad propia o de la pareja, en otros por la decisión de ser madre soltera o incluso para los casos de parejas homosexuales que recurren a estos métodos para poder concebir. La infertilidad es un tema muy delicado y en muchos casos produce crisis vitales derivadas del propio pensamiento como especie: nacemos para reproducirnos. Cuando por causas de salud no somos compatibles con la reproducción, o tras numerosos intentos por concebir de manera natural sin resultados exitosos se puede caer en una sensación de vacío, frustración y emociones encontradas de difícil resolución.Cuando la calculadora del embarazo que toda mujer tiene en su interior empieza a no funcionar como piensa que debería y ve que pasa el tiempo, existen técnicas de reproducción asistida como la mejor fórmula para conseguir ese ansiado embarazo que tanto se desea. Consultar con profesionales en fertilidad será el primer paso para saber la realidad del problema y su magnitud, y también el primer paso remediarlo.
En este paso previo y durante el periodo del tratamiento de reproducción asistida las mujeres suelen verse muy afectadas anímicamente por lo que contar con el apoyo de un profesional experto en psicología de la reproducción suele ser el mejor aliado durante ese proceso de acompañamiento. En muchas ocasiones se enfrentan las mujeres solas, sin pareja, a estos tratamientos y necesitan de un apoyo emocional que entienda y empatice con sus miedos e inseguridades, facilitando las mejores herramientas.
La mayoría de las parejas infértiles (del 25% al 65%, según autores) consideran la infertilidad y su tratamiento como una de las experiencias más estresantes y dolorosas de su vida. Entorno al 59-67% de las mujeres remitidas a servicios de infertilidad presentan también problemas de ansiedad y alguna comorbilidad psiquiátrica (Regueiro Ávila y Valero Aguayo, 2011).Cada persona y cada pareja tiene una situación particular que el psicólogo deberá de tener en cuenta a la hora de realizar una intervención psicológica como parte del tratamiento en reproducción asistida. Es importante conocer la historia que ha llevado a la persona a tomar esta decisión para saber si fue fruto de una decisión consensuada y meditada para evitar problemas posteriores. Todo esto va a repercutir en crisis emocionales de los pacientes infértiles que recurren a estos métodos que se pueden ver desbordados a nivel cognitivo y de afrontamiento de los problemas y a nivel psicológico por los sentimientos y emociones acumuladas de culpabilidad, frustración, miedo, tristeza, negación o confusión. Todo ello lo pueden somatizar fisiológicamente produciendo grandes niveles de estrés. Si un control psicológico de la situación todo ello se puede incluso agravar cuando se inicia el tratamiento de reproducción asistida, por todos los miedos e incertidumbres que pueden crearse y las falsas esperanzas creadas bajo ese paraguas. Este bagaje emocional si no es controlado podría llegar a provocar episodios de ansiedad, depresión e incluso problemas de pareja. Las personas infértiles pueden llegar a tener cuadros de indefensión aprendida derivados de la impotencia de no lograr, tras muchos intentos, el objetivo del embarazo. La mujer piensa que nunca podrá salir de ese problema, bajando sus niveles de ansiedad y autopercepción y asumiendo que nunca será madre. Lo cual, gracias a los tratamientos actuales puede cambiar. Esta falsa percepción del fracaso es lo que la persona y el psicólogo deben trabajar para aprender a afrontar esos conflictos emocionales internos y mejorar esa autopercepción de eficacia. Mantener este equilibrio emocional y automotivación va a mejorar el tratamiento propio de la reproducción asistida y el éxito de la misma. Aquellas mujeres que han sido capaces de disminuir sus niveles de estrés, depresión y han aprendido a afrontar los conflictos y sus actitudes bajo una supervisión psicoterapéutica apropiada han tenido mejores resultados de los tratamientos (Domar et al, 2000).
Como ya hemos visto, los problemas emocionales con los que tienen que lidiar las parejas en esta fase de sus vidas son diversos, pero está demostrado que mejoran el tratamiento, sobre todo en los siguientes aspectos:
Las avanzadas técnicas científicas de reproducción asistida fecundación in vitro, en sus diferentes modalidades: óvulos propios y semen de la pareja; óvulos propios y semen de donantes o la ovodonación (óvulos de una donante) presentan cada día mayores índices de efectividad con un tratamiento apropiado. Por eso, que tu deseo de ser madre no se vea frenado por miedos, inseguridades, falsas creencias o prejuicios. Ponte en manos de profesionales que valorarán tu situación y tus posibilidades y con el trabajo médico, psicológico y el apoyo social de los tuyos logres lo que siempre has querido: ser madre.
Regueiro Ávila, Ana Mª, & Valero Aguayo, Luís. (2011). Intervención psicológica en un caso de infertilidad femenina. Escritos de Psicología (Internet), 4(3), 27-35. Recuperado en 24 de junio de 2021, de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1989-38092011000300003&lng=es&tlng=es.Domar, A.D., Clapp, D., Slawsby, E., Kessel, B., Orav, J. y Freizinger, M. (2000). The impact o f group psychological interventions on distress in infertile women. Health Psychology, 19, 568-575. http://dx.doi.org/10.1037/0278-6133.19.6.568
