Nuestro cerebro es un órgano que necesita actividad. Está diseñado para estar en constante funcionamiento, no en vano es nuestro centro de operaciones y desde el sistema nervioso se irradian todas y cada una de las órdenes de ejecución del resto de órganos dependen de que nuestro cerebro esté activo. Además, nuestro cerebro es el disco duro de memoria donde guardamos toda la información que necesitamos procesar en nuestro día a día por lo que su correcto mantenimiento es crucial para su buen funcionamiento.
El declive cognitivo merma nuestra funcionalidad cerebral por diferentes causas, ya sean por el propio paso de los años por el envejecimiento o algún tipo de problema neurocognitivo o enfermedad neurodegenerativa. Esto puede afectar a alguno o varios de nuestros ocho procesos psicológicos básicos: atención, memoria, percepción, aprendizaje, lenguaje, motivación, gestión emocional y pensamiento. Como sucede cuando vamos al gimnasio a entrenar a nuestro cuerpo lo mismo debemos hacer con nuestro cerebro: ¡entrenarlo! Es la mejor manera de prevenir la disfunción cognitiva prematura y mejorar nuestras capacidades y rendimiento mental ya que su ejercicio reactiva la creación de nuevas neuronas y mejora nuestra gestión emocional por lo que incluso evitará problemas relacionados con el estrés o la ansiedad.Al final, tener un cerebro equilibrado repercute sobre la gestión de nuestros conflictos diarios de manera directa por lo que al generar menos o resolverlos de manera más ágil tendremos también menos tensión cognitiva acumulada a lo largo del día.
Pues bien, vamos a intentar darte algunas ideas para mejorar tu rendimiento cognitivo y mantener tu mente y cerebro activos para afrontar todos nuestros compromisos de manera más eficiente ya sea a nivel educativo o profesional.
La actividad física regular de forma natural los principales neurotransmisores cerebrales: dopamina, serotonina, endorfina y oxitocina que son la base de nuestra gestión emocional. Para poder tener un cerebro saludable necesita también materia prima y el ejercicio es una forma de motivación natural básica. Lógicamente, adaptada a las necesidades y edades de cada persona. Algunos de los ejercicios para todas las edades son: yoga, taichí o baile. Está demostrado además que el ejercicio aeróbico incrementa el flujo sanguíneo en el cerebro aumentando así las funcionalidades del hipocampo que está implicado directamente en la memoria verbal y el aprendizaje por lo que fortalece y protege el cerebro de adversidades.
Como dijimos en el punto anterior, la materia prima es esencial para poder construir la cognición. Por eso, mantener una buena alimentación y una dieta equilibrada también va a fomentar y prevenir el deterioro cognitivo prematuro. Alimentos como la fruta, la verdura de hojas verdes, pescado (salmón, atún…), algunos frutos secos o incluso el chocolate (sin atiborrarse) suele activar nuestro cerebro. Existen complementos alimenticios que ayudan a mantener ese equilibrio mental y mejoran el rendimiento cognitivo, esta solución suele ser muy eficaz sobre todo para mantener a raya el cansancio y fatiga cognitiva. Por supuesto, beber mucha agua es esencial para mantener hidratado al órgano. Relacionado con la alimentación, podemos incluir la cocina como actividad que necesita de cierta planificación y organización que será un hobbie más que mejora nuestra capacidades mentales generales.
Una de las mejores formas de mejorar nuestra cognición jugando y entreteniéndose es mediante la práctica de deportes o juegos tácticos de mesa del tipo ajedrez, damas, jenga, juegos de cartas, juegos de estrategia, etc. Otra forma de ejercitarla jugando es mediante juegos que impliquen recuperar información de la memoria, tipo juegos de preguntas o similares. El uso de videojuegos también es una muy buena manera de usar la mente ya que mejoran procesos como la percepción visual, velocidad de reacción, memoria, atención y toma de decisiones. Además, es una buena fórmula de acercarse al entretenimiento juvenil actual y una buena excusa para compartir buenos momentos con los más jóvenes. Otra buena fórmula de entretenerse y aprender jugando es mediante juegos de papiroflexia o similares, todas aquellas actividades de creación manual que exigen una planificación, memoria y concentración para su realización.
Nuestro cerebro tiende a automatizar procesos, pero en algunas ocasiones una buena forma de activarlo es realizando nuestras actividades diarias pero de distinta forma. Por ejemplo, acudir al trabajo por diferentes lugares o medios: un día en bicicleta, otro andando, otro en coche, usar diferentes medios de transporte o caminos diferentes, etc. También podemos modificar como tenemos ordenado nuestro escritorio o el armario, o el orden de nuestra rutina matinal, para obligar de alguna manera al cerebro a reorganizarse y activarse para controlar de nuevo todas las variables nuevas que le hemos creado.
Se está perdiendo la escritura manuscrita, pero es una buena manera de ejercitar el cerebro porque exige además una coordinación motriz fina. Expresar emocionalmente también es una manera de liberar el cerebro y de recordar situaciones que mejora los lazos entre la memoria y la emoción. En caso de no hacerlo manuscrito puede realizarse también mecanografiado en un ordenador. Relacionado con esto, el hecho de leer una novela, o cualquier otro tipo de escrito es un placer que mejora la capacidad atencional y de concentración. Acudir a una biblioteca o a un club de lectura puede indirectamente mejorar también las relaciones sociales. Hablar y comunicarse es una necesidad casi esencial en el ser humano que también ayudará a prevenir el deterioro cognitivo. Si hablamos, también escuchamos y esa capacidad de procesar la información del lenguaje es también un ejercicio para nuestro cerebro. Una de las mejores formas de escuchar es hacerlo a través de la música, el placer que da la música y las letras que nos exigen un entendimiento de las mismas es otra herramienta más de mejora fácil y sencilla.
Durante el sueño se produce un proceso de reciclaje de toda la “basura” acumulada en nuestro cerebro a lo largo del día, por lo que mantener un buen descanso y sueño es también esencial para comenzar nuestros días con más energía de cara a la mejora cognitiva. Sin energía poco podemos hacer así que no te olvides de trabajar la mente, pero también de descansar y relajarse también. Existen muchas otras fórmulas para mantener el cerebro activo, el sedentarismo mental es más habitual de lo que parece y está en tus manos mejorar esta condición tan fundamental para nuestro bienestar personal.