La precariedad laboral es una de las principales causas de ansiedad en la sociedad de hoy en día, en gran parte aumentada por la crisis económica y sanitaria que incrementa las exigencias de las empresas a través de mayor carga de trabajo y la inestabilidad laboral y falta de control sobre el mismo. Todo ello puede acabar por quemar al trabajador, por generarle burnout laboral, sobre todo cuando nos acercamos al periodo vacacional.
Las altas demandas del entorno y los recursos personales limitados generan niveles de estrés que no todo el mundo es capaz de afrontar derivando en una sensación mayor de ansiedad más incontrolable. Este impacto emocional sobre la persona derivada de la tensión laboral necesita en muchos casos de un tratamiento de la ansiedad por parte de un especialista para controlar los efectos adversos. Algunos de estos efectos son:
Para aprender a diferenciar entre ansiedad y burnout primeramente debemos conocer qué es la ansiedad ya que el burnout podríamos considerarlo un grado diferente a ésta. La ansiedad es un proceso psicofisiológico mediante el cual nuestro cuerpo nos alerta de situaciones que podrían ser peligrosas para nosotros anticipando el hecho para poner a nuestro organismo en un estado de activación y prevención tanto a nivel cognitivo, fisiológico como motor para responder ante una posible amenaza. Cuando esta preocupación o miedo por un suceso futuro se crea por encima de la realidad o con una intensidad fuera de lo normal provoca una pérdida de control de la situación que favorece situaciones de evitación constante y malestar que crean un bucle vicioso en la persona ansiosa generando un problema mayor.
Cuando los motivos de nuestros miedos e inseguridades están relacionados con estresores laborales (o educativos, deportivos, personales…) que se prolongan en el tiempo y se vuelven crónicos dentro de ese entorno provoca en la persona un nivel superior de ansiedad que se denomina burnout o síndrome de estar quemado que afectan sobre todo emocionalmente a la persona que lo sufre. El burnout es un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal derivado de esta acumulación de estresores laborales. Según Maslach y Jackson (1982), el burnout está configurado de manera tridimensional por estos factores:
Esta fatiga emocional, que lleva consigo incluso malestar físico como dolor de cabeza y alteraciones del sueño así como dificultades para concentrarse y atender parece más relevante justo antes de los periodos vacacionales. La acumulación de estrés y la propia anticipación de las vacaciones generan todavía una sobreactivación mayor sobre las personas con problemas de burnout laboral en épocas cercanas al descanso.
Esto es debido a que la propia percepción del descanso y su cercanía provoca mayores tensiones por llegar a ese límite sin romperse. Es como si despertase la necesidad de descanso, pero como todavía no es real y debe continuar con el trabajo aumentan los niveles de despersonalización del mismo ya que lo único que anticipa la persona es el descanso fuera de su entorno laboral. Durante estos picos de estrés cercanos a las vacaciones se presenta un aumento de bajas laborales relacionadas con la ansiedad.
Referencias
Maslach, C. y Jackson S.E. (1982). Burnout in health professions: A social psychological analysis en SANDERS, G. y SULS, J. (Eds.). Social psychology of health and illness. Hillsdale, NJ: Erlbaum