Una de las grandes habilidades que han hecho que los seres humanos hayan evolucionado tanto a lo largo de los años es su gran capacidad de comunicación en todas y cada una de sus formas. Cuando se produce una buena comunicación se crea un flujo de información entre emisor y receptor que beneficia a ambas partes. Este beneficio mutuo se incrementa exponencialmente cuando lo que transmitimos se hace de manera eficiente, entendible y con una buena comunicación asertiva. Las estrategias, técnicas y fórmulas para la mejora de la comunicación, como parte del comportamiento humano que es, pueden ser estudiadas y puestas en práctica con la ayuda de profesionales del área de la comunicación, como es el caso de los expertos de Sferamind, un lugar donde poder encontrar los recursos necesarios para mejorar nuestro rendimiento personal.
La asertividad es una cualidad de la inteligencia emocional gracias a la cual una persona es capaz de afirmar o negar un posicionamiento, idea, derecho o creencia de manera firme, sencilla y coherente respetando las ideas y derechos de los demás sin ofenderlos. Las personas que dominan la comunicación asertiva son capaces de respetarse a sí mismos y a los demás expresando sus propias ideas de manera sincera, en el momento adecuado y sin necesidad de transgredir las creencias de los demás por lo que van a conseguir sus objetivos de manera más directa. Este tipo de conducta beneficia tanto al emisor como al receptor ya que la persona asertiva no permitirá que lo manipulen a su antojo y a la vez la otra persona escuchará y tendrá la oportunidad de entender esos pensamientos que la persona asertiva quiere transmitirle. Es por tanto un proceso comunicacional con una alta carga de empatía.
La asertividad permite defenderse de las críticas o de peticiones excesivas que los demás hacen sobre él exigiendo un compromiso de respeto por sus decisiones, es por tanto un derecho. Mucha gente tiene problemas de asertividad por el miedo que puede acarrear expresar ciertas creencias o necesidades ante determinadas personas, ante el temor de rechazo o la incomprensión que puede producir si la otra persona no entiende lo que se quiere expresar. La comunicación asertiva no es por tanto agresiva pero tampoco sumisa o pasiva, es una manera de decir lo que realmente se quiere en cada momento. Conseguir esto libera a la persona que recibe el mensaje de una responsabilidad que no le pertenece. Por ejemplo, si una persona no quiere ir al cine, pero finalmente cede ante la “presión” y va sin quererlo realmente, le está trasladando a la otra persona una responsabilidad sobre su propio bienestar que podría no tener en el caso de aclararle de manera asertiva que realmente no desea acudir al cine. Las personas con asertividad alta se sienten más libres consigo mismas mostrándose tal como son, porque primero respetan sus propios intereses y no se exponen a los intereses de terceros.
La asertividad se centra en tres grandes características generales:
La comunicación asertiva se produce, además de mediante la conducta verbal expresando la opinión mediante el lenguaje correcto, sino también gracias a un correcto comportamiento en el lugar y momento adecuado. La asertividad está muy relacionado con la empatía por lo que estas personas son capaces de realizar una escucha activa del otro. Este proceso se basa en:
La baja asertividad es un problema de índole emocional que afecta a una gran cantidad de población que descubren que trabajando en ellos mismos, en su autoestima y autoconfianza con la ayuda de profesionales mejoran su calidad de vida y sus relaciones sustantivamente. Las personas poco asertivas se sienten en una especie de “cárcel comunicativa” que no les permite expresarse correctamente por lo que acumulan frustraciones y miedos que pueden desencadenar en ansiedad y depresión por esa falta de habilidad comunicativa. No dejes que la falta de asertividad decida por ti.