¿Q
ué es la PNL? La Programación Neurolingüística (PNL) estudia aquellos elementos que influyen en la forma de pensar de la gente, así como en su forma de comunicarse y comportarse. No está corroborada por la ciencia por lo que su uso es de dudosa eficacia, debido a la falta de evidencia científica, por lo que es considerada como pseudociencia. La PNL aparece en Estados Unidos en la década de 1970 de la mano del informático y psicólogo Richard Bandler y el lingüista John Grinder cuando se encontraban estudiando los patrones de actuación de tres influyentes psicoterapeutas: Milton Erikson, Fritz Perls y Virginia Satir. En sus estudios analizaban las asociaciones positivas, las metáforas y el rapport.
Además recogieron ideas de otros diversos autores como Korzybski o Noam Chomsky de los cuales aprendieron los patrones de lenguaje típicos. Poco a poco se fueron centrando en el estudio del tipo de comunicación que usamos las personas con nuestro entorno y con nosotros mismos. Estudiando a estos terapeutas se dieron cuenta de que la forma de actuación era aplicable al análisis de la actividad humana en diferentes campos: educación, persuasión o dirección personal.
Bandler y Grinder estudiaron durante un periodo de casi diez años a los mejores comunicadores del mundo, las personas que estaban especialmente dotadas en cuanto a habilidades de comunicación y gestión del cambio. Así, surgió la Programación Neurolingüistica como estrategia de comunicación, desarrollo personal y psicoterapia.
Por ejemplo, cuando vas al supermercado a comprar, primeramente “ves” los productos mediante el sentido de la vista o “escuchas” el anuncio de megafonía en cuestión, este es el componente N=”neuro” de la conducta. Posteriormente, el cerebro traduce “lingüisticamente” el mensaje a por ejemplo: “tengo que comprar ese producto”, lo que supone el componente L=”lingüistico” de la conducta. Finalmente, se pone en marcha el “programa” aprendido: me dirijo a la estantería para coger el producto, lo que supone la P=”programación” de la conducta.
El objetivo de la programación lingüística es conseguir la maestría personal en todos los ámbitos de la vida.
Los descubrimientos iniciales permitieron el desarrollo de la PNL tal como hoy se conoce. Por ejemplo, mediante la técnica de rapport o compenetración, Bandler y Grindler consiguieron crear un ambiente de confianza con los demás. Gracias a la comprensión de la relación que se da entre las pautas de lenguaje y los procesos subyacen, encontraron el modo de seguir con los estudios.
La PNL no se basa en el estudio de lo que se hace sino que se centra en cómo se hace. Por tanto, no es una teoría convencional, sino más bien se trata de algo práctico, conformada esta práctica por un conjunto de modelos, de habilidades y técnicas que ayudan a pesar y a actuar de forma eficaz.
Al encadenar los comportamientos se elaboran unos patrones conscientes que pueden ser más o menos complejos: hacerse el nudo de la corbata, conducir un coche, escribir, nadar, etc. Cuando se consiguen dominar y controlar, se convierten en hábitos que surgen de forma automática, por lo tanto de manera inconsciente. Realizar una tarea de forma automática tiene la ventaja de que la mente no exige tanta atención y, por lo tanto, tampoco demasiada energía.
La Programación Neurolingüística se basa en 10 supuestos que sin ser absolutos se centran en comprobar la efectividad de los mismos en la vida real.
Por ejemplo, alguien puede intentar hacer un cumplido y encontrarse con que el receptor de dicho cumplido se lo ha tomado como algo ofensivo. Por ello, se dice que el problema reside en la forma de comunicar el mensaje y, para la PNL, es esta forma de comunicarlo el objetivo del cambio, tanto a nivel semántico como en los modos de expresión.
La PNL va permitir: