La simetría se suele asociar con un patrón de belleza. Los seres humanos, la mayoría de los vertebrados y otros animales y plantas poseen esta peculiar característica evolutiva que no solo está destinada exclusivamente a la estética sino a una razón de eficiencia biológica y de supervivencia de la especie.
La simetría como fórmula evolutiva ha permitido mejorar nuestras habilidades funcionales. El hecho de tener dos piernas de igual tamaño ha facilitado poder andar o desplazarse de forma equilibrada; tener dos oídos perfecciona nuestro sentido de la dirección del sonido. Tener dos ojos permite tener mejor percepción de la profundidad, etc. Incluso tenemos órganos duplicados con la misma función como son los riñones o las glándulas mamarias. Esta duplicidad casi idéntica permiten poder seguir con nuestras vidas aunque perdamos uno de ellos.La simetría además tiene una clara función de atracción y estética ya que a nuestro cerebro la asimila mejor y es señal según algunos estudios de una buena salud general.Esta simetría bilateral sucede en muchas especies, desde las alas de las mariposas, las hojas de las plantas o las extremidades de muchos animales. De hecho, un reciente estudio del Instituto de Neurociencias de Alicante ha demostrado que el cerebro es capaz frenar el crecimiento del cuerpo cuando detecta que una parte simétrica del mismo ha detenido su crecimiento por alguna causa (Vallejo, Bolivar, Dominguez, 2015).Esto explicaría por ejemplo que cuando nos rompemos una pierna de niños o por motivos de una enfermedad, se impide el correcto desarrollo de un órgano o miembro, se ralentiza el crecimiento del otro para que continúen su maduración de manera sincronizada. De esta forma el cuerpo crecerá de manera simétrica igualmente para mantener sus propiedades y funciones lo más parecidas posibles.
A día de hoy existen métodos para mejorar nuestra simetría bilateral del cuerpo como es el caso de la corrección de la asimetría mamaria para mantener la armonía estética teórica. Las mamas asimétricas se producen cuando se han desarrollado de forma diferente debido a algún problema hormonal u otras patologías. Esto hacen que las mamas sean desiguales ya sea en volumen, forma o posición lo cual puede afectar a la imagen personal de la persona y repercutir en su vida y estado emocional.
Dentro de la percepción visual cobra especial interés la ley de la simetría formulada por los psicólogos de la Gestalt. Según este principio visual el cerebro percibe las imágenes que son simétricas como iguales de tal forma que vistas a cierta distancia forman un solo elemento único. Este sistema de procesamiento de la información percibida es de gran importancia en la naturaleza ya que utilizar este tipo de patrones mejora la eficiencia del proceso en sí. Es más fácil y más rápido para el cerebro generar una imagen a partir de otras ya establecidas. Los patrones idénticos generan un equilibrio visual que le gusta ver al cerebro, le estimula ver formas semejantes porque crea una imagen con menos esfuerzo.
Aunque lo parezca, nuestro cuerpo no tiene una simetría perfecta como la que representa el famoso dibujo del Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci. Sobre todo en nuestro interior. Nuestros órganos no son simétricos, por ejemplo aunque tenemos dos pulmones no son iguales el uno del otro para así dar mejor cabida al corazón. O existen ciertas especies de crustáceos con pinzas totalmente asimétricas. La evolución lleva la simetría o no por los lugares que mejor sirvan para la adaptación de la especie a su hábitat y necesidades.
No siempre la belleza está asociada a la simetría perfecta, ni la simetría está asociada a una mejor salud. En el arte o la arquitectura se ve en muchas ocasiones que se logran representaciones armoniosas sin que la simetría esté presente y que capte la atención de nuestros ojos; y el placer de nuestro cerebro. Incluso los humanos tendemos a distorsionar la simetría con tatuajes, pendientes o indumentarias asimétricas. Esto hecho muchas veces por el simple hecho de llamar la atención hacia otra parte del cuerpo. Esto es un truco perceptivo que se usa a veces para ocultar de alguna manera defectos corporales. Si por ejemplo nos ponemos un pendiente en el lado contrario de donde no queremos que nos miren, el estímulo del pendiente llamará la atención.
En líneas generales, los patrones de belleza humana tienden a ver con mejores ojos las caras y cuerpo simétricos. Quizás influenciados por esas leyes de percepción visual y esos indicadores evolutivos que reflejan una mejor imagen y salud interior de cara al exterior. Sin llegar a ser defectos, en algunos casos siempre quedará la ayuda externa para acercarnos más a esa simetría de la que hablaban los psicólogos de la Gestalt acudiendo a una clínica estética de Alicante y mejorar nuestra imagen personal.
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Referencias:
Vallejo, D.M., Juarez-Carreño, S., Bolivar, J., Morante, J., Dominguez, M, (2015). A brain circuit that synchronizes growth and maturation revealed through Dilp8 binding to Lgr3. Science. 350(6262)