Existen multitud de orientaciones sexuales pero la más ligada a la parte emocional es la demisexualidad. Las personas demisexuales son incapaces de sentir atracción sexual sin existir un vínculo emocional fuerte con la otra persona. Esto no sucede de manera consciente, premeditada o por los propios valores personales sino que es algo que la persona no es capaz de controlar y no viene elegida, por lo que la demisexualidad es considerada un tipo de orientación sexual más.
La demisexualidad, una orientación sexual más
Las personas demisexuales raramente sienten ese interés físico o sexual repentino con alguien que apenas conoce en comparación con la población general, por lo que en muchos casos hace sentir a esa persona como desubicada dentro de su entorno. Para una persona demisexual el aspecto físico no es suficiente sino que le da mucha más relevancia a la conexión creada con la otra persona. No es que no tengan interés sexual, sino que su forma de desarrollarlos necesita de otras variables de tipo emocional por lo que esa atracción o deseo sexual no es lo que llevó a establecer la relación, sino que será consecuente de ésta. Es decir, el vínculo emocional es prerrequisito para el vínculo sexual.
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Demisexualidad, cuando el sexo depende de las emociones
Hay que tener en cuenta que no es lo mismo sentirse sexualmente atraído que el comportamiento sexual, lo primero no se elige y lo segundo sí, sea cual sea el tipo de orientación sexual que se tenga. Esto es lo que diferencia a una persona demisexual de una persona que no tiene sexo por otro tipo de ideales, prejuicios o valores culturales o incluso por falta de confianza, miedo al rechazo o algún otro trastorno sexual del deseo inhibido. El demisexual no siente la atracción de primeras, no le surge esa necesidad biológica hasta que no consigue el vínculo emocional fuerte con la otra persona. En psicología, esto podría ser explicado por el efecto de mera exposición mediante el cual nuestra atracción por algo aumenta a medida que nos resulta más familiar o cercano.
Esto no quiere decir que los demisexuales sean asexuales, aunque llegue a parecerlo por el tiempo que pueden pasar sin sentir la atracción sexual o esa necesidad con otra persona. Sus parejas sexuales se ven muy reducidas a lo largo de su vida debido a ese requisito emocional para poder disfrutar del sexo de forma plena. Eso sí, cuando logran conectar con alguien el sexo no será un problema. De hecho, las relaciones sexuales con una persona demisexual pueden ser muy satisfactorias, incluso más que las del resto, por el simple hecho de que esa carga emocional previa hace pensar de manera más empática con la persona que lo practica y esa conexión logra que el sexo sea para ambas personas muy complementario y pleno. El caso es que a un demisexual le cuesta más encontrar esa persona por lo que despertar su deseo sexual a pleno rendimiento.
¿Qué le gusta a un demisexual?
Las personas demisexuales no solo se relacionan entre ellas, ni mucho menos. En la pareja, solo una de las dos partes puede que sea demisexual y la otra no y funcionar plenamente igual. Independientemente de la orientación sexual complementaria. Complementaria en el sentido de que un demi puede ser que sea heterosexual, homosexual, bisexual ya que el vínculo emocional será siempre lo que marque esa atracción final, si bien suelen tener ya una orientación definida y busquen el vínculo emocional con personas que tengan una determinada orientación sexual. Es decir, puede ser que un demisexual sea de orientación heterosexual, homosexual o la que corresponda, siempre y cuando exista la relación personal fuerte con la otra persona. Además, la orientación sexual es un espectro en el que una persona puede estar más afín un lado del espectro que al otro, lo mismo pasa en la demisexualidad. La carga emocional que necesite unos y otros para conseguir la atracción puede ser más o menos fuerte, pero siempre necesaria.
Cuando hablamos de vínculo emocional con otra persona es lo que comúnmente se llama congeniar. El demisexual debe sentirse cómodo con la otra persona en el resto de ámbitos de la vida para dar paso al sexo. Debe gustarle la personalidad de la otra persona, compartir momentos y experiencias y sentirse seguro de sí mismo con esa otra persona hasta lograr esa atracción, que a veces llega con más o menos demora y en ocasiones puede llegar a ser confuso.
Sociedad sexualizada o cómo incomodar o a un demisexual
Estas personas suelen sentirse desplazadas dentro de algunas conversaciones de corte sexual comunes para otros, como puede ser un grupo de amigos que hablen sobre la chica que acaba de pasar de manera desenfadada, su último ligue o situaciones similares ya que, aunque si son capaces de identificar aquellos rasgos físicos o sexuales que más les gustan en otra persona, y pueden opinar sobre ellos, después no sienten esa necesidad sexual física con otra persona de forma tan rápida. Y digo con otra persona, porque en solitario sí son capaces de excitarse mediante la masturbación, como el resto de personas. Vivimos en una sociedad muy sexualizada y para las personas de esta orientación puede llegar a sentirse incómodo en determinadas situaciones.
La frustración que siente es a veces derivada de no saber porqué a ellos no les importa tanto el absentismo sexual, de hecho no les interfiere en sus vidas hasta que llega el momento adecuado. Es por esto que las persona que se sienten frustradas por no saber si lo que les pasa es normal sienten una gran liberación personal al conocer que se trata de una orientación sexual tan válida como las demás y que existen más personas con su manera de vivir el deseo sexual.
Cuando la atracción sexual llega tarde
Por tanto, las personas demisexuales necesitan afianzar una relación con otra persona para llegar al sexo, tener una fuerte amistad o crear un lazo emocional por el hecho que sea que les permita dar ese paso. Es por esto, que sus relaciones sexuales suelen estar muy distanciadas en el tiempo porque aunque conozcan a otras personas, esa falta de interés inicial por la parte sexual si la otra persona no lo entiende o respeta, ya que no tiene porque ser también demisexual, puede hacer que la relación se enfríe. Por esto, puede ser que el demisexual despierte su interés sexual por la otra persona ya demasiado tarde, cuando la otra parte interesada ya no lo está y se haya marchado al considerar que no era sexualmente compatibles. Un demisexual tardará en dar ese primer beso, en ocasiones mucho tiempo, y en ocasiones ya no sabrá si debe hacerlo o no por el tiempo y el tipo de relación que se ha forjado y ahora prefiere mantener por otro tipo de miedos. Esta falta de paciencia sexual y esa confusión personal puede estropear lo que podría ser una bonita relación amorosa con una persona demisexual.
Para las personas demisexuales, el interés sexual surge en algunos casos después de conocer durante mucho tiempo o incluso años a una persona e incluso ser los mejores amigos que congenian de manera excepcional o conseguir esto de forma más rápida gracias a vivir una experiencia juntos diferente, pero con una alta carga emocional, como puede ser un viaje o similares. El amor es el amor sea como sea, disfrute como se disfrute y llegue cuando llegue si tiene que llegar.
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Fuentes:
Demisexuality Resource Center. Demisexuality.org
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