Comunicar es el arte de hacer partícipe a otra persona de lo que uno mismo siente, necesita o tiene, por lo que mantener una buena comunicación interpersonal efectiva supone una gran ventaja en prácticamente todos los ámbitos de la vida. Nos pasamos el 70% de nuestras vidas comunicándonos de diversas formas ya sea recibiendo o emitiendo mensajes a través de diversas formas de comunicación.
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Estos son algunos de los principios por los que se rigen los procesos comunicativos.
Se trata de interpretar la realidad que la otra persona quiere explicar más allá del sentido literal de sus palabras. Por ejemplo, si tu lees un ‘tuit’ de una persona que dice “El Barça ha ganado la liga”,de primeras no puedes saber si la otra persona está contenta o alegre con el mensaje que ha escrito. Para saberlo necesitas analizar el contexto. Si el perfil del que lo ha puesto es de un culé de pura cepa ten claro que es un mensaje alegre. Sin embargo, si lo escribe un madridista quizás esté siendo sarcástico y crítico con su equipo.
Por tanto, el principio de racionalidad hace referencia a la imposibilidad de interpretar una conducta sin partir de alguna idea general de como funciona la mente de la otra persona que ha realizado esa conducta. Ser racional implica llegar a una solución en base a nuestro análisis del contexto y los datos que tenemos para dar una explicación lo más lógica posible. Nuestro cerebro se ejecuta de manera simple e intenta realizar los cálculos con el menos coste posible para dar una solución rápida y ventajosa.
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Si ves a una persona agachada en un parque seguramente estés pensando que se le ha caído algo y lo está buscando, pero…¿y si se está escondiendo de alguien? Podría ser, pero buscas ser racional.
Cuando emitimos cualquier tipo de señal comunicativa, generalmente lo hacemos de forma voluntaria e instrumental, dirigida hacia un fin. El emisor del mensaje quiere que la otra persona le entienda y el que lo recibe quiere entender lo que se le dice por lo que debe existir cierto grado de coordinación y precisión. Como ejemplo un grupo de música, cada instrumento está comunicando un mensaje pero todos lo hace de forma coordinada para que suene bien. Pues lo mismo.
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Básicamente, de lo que se trata es de expresar lo que se quiere decir de forma clara, sin mentir, respetar el tema de conversación sin cambiarlo bruscamente y formular expresiones sencillas. Es decir, cumplir con el principio de cooperación para que nos entendamos de forma coordinada, precisa y sin ambigüedades.
Piensa que al emitir la información de forma clara el receptor la entenderá mejor por lo que este feedback positivo y proactivo va a ser beneficioso después para cuando vuelvas a retomar tu turno de palabra.
Vamos a basarnos para explicar esto en las 4 reglas básicas de Paul Grice formuló en 1975:
No digas lo que pienses que es falso o te falta evidencia adecuada que lo contraste. Se trata de ser honesto sin dar rodeos.
Ejemplo:
✔ “Me pareces una chica muy guapa”. En este caso está bien usada porque realmente piensas que es guapa y tienes la evidencia empírica de que lo es.
✘ “Eres una chica que podría trabajar en Victoria Secret de lo guapa que eres”. ¿En serio? ¿Tienes pruebas? Podríamos creer que podría ser cierto pero creo que la conversación comenzaría a tener cierta incertidumbre.
✘ Otro ejemplo sería cuando se difunden los mensajes de bulos
Limítate a transmitir la información necesaria sin hacer una contribución más amplia de lo que te requiere. ¿Para qué vas a hablar de más?
Ejemplo:
✔ A. “¿De qué va la serie de Netflix 13 Reasons Why?” ; B. “Es una drama sobre los motivos por los que termina suicidándose una joven adolescente”. Está bien usado porque se explica de forma concisa el tema sin entrar en detalles de la serie que pueden llevar a spoilers innecesarios.
✘ Cuando explicamos más detalles de la serie innecesarios es cuando incurrimos en una violación de la máxima de cantidad.
La información que compartes debe tener relación con el tema y contexto de la conversación. Así se pueden ir enlazando temas de uno a otro, pero siempre que el final de uno tenga coherencia con el inicio del siguiente. La conversación será más fluida. Normalmente esto sale de forma natural, porque una idea nos lleva a otra parecida. Recuerda, nuestro cerebro es un artista de ahorrar recursos.
✔ A. “¿Dónde está la estación de tren?” ; B. “No lo sé, pero puedes preguntar en la aquella gasolinera y te dirán mejor”. Realmente no sabes donde está la estación de tren, pero aportas información relevante para la pregunta formulada.
✘ A. “¿Dónde está la estación de tren?” B. No sé, pero el aeropuerto está subiendo aquella calle. Nadie te ha preguntado por el aeropuerto.
Evita la ambigüedad, sé breve y claro. Dicho así parece fácil, pero de lo que se trata es de ser conciso sin darle vueltas al asunto o meter elementos que no forman parte de la conversación actual.
Ejemplo:
¿Cómo quedó el partido?
✔ “Ganó el Barcelona 2-0, con goles de Messi y Luis Suárez”. Describe la pregunta de forma ordenada y concisa.
✘ “El partido fue muy equilibrado en un principio pero con cierta superioridad del Barcelona que finalmente fue el que resolvió en los minutos finales el partido con los que siempre marcan.” Realmente o ha dicho cómo ha quedado el partido, parece que ganó el Barcelona pero no ha dado datos relevantes al resultado.
Hay que tener en cuenta que las máximas conversacionales de Grice no siempre se cumplen ya que dependen del contexto y se pueden violar siempre y cuando tengan sentido irónico o una finalidad concreta. Además, existen ciertas diferencias culturales. Es de todos sabidos que los argentinos hablan mucho 😉 (esto sería una violación de la máxima de calidad ya que no tenemos la certeza de que todos los argentinos hablen mucho, ¿o sí?).
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