En el mundo de la terapia psicológica es muy habitual escuchar el uso de la hipnosis como herramienta ampliamente utilizada por los psicólogos o psicoanalistas, pero siempre ha generado cierta inquietud y ha estado rodeada de falsas creencias sobre sus formas de uso y efectividad.
Sin embargo, existe un gran acercamiento científico a su uso como parte de las terapias cognitivo conductuales actuales demostrándose que la hipnoterapia es una buena herramienta para la resolución de problemas a través de las experiencias de sugestión. Obviamente, todo dependerá del profesional que la guía y de la buena predisposición de la persona hipnotizada.
El fenómeno de la hipnosis comenzó a tener mayor aceptación desde la llamada Escuela de Nancy cuyo mayor representante es el neurólogo Hippolyte Bernheim (1840-1919). Para este autor la hipnosis se basa en la sugestión, es decir, la predisposición a aceptar una idea (sugestión) y transformarla en un acto. Esta posición contrastaba con la de la escuela competidora en su momento, la Escuela de la Salpêtrière en torno a Charcot, que promulgaba una concepción de la hipnosis como un fenómeno físico, al margen de la sugestión y la imaginación, y cualitativamente diferente a otros estados.
Esta nueva postura de la Escuela de Nancy ha permitido la aproximación científica a la hipnosis y, por tanto, su inclusión en la Terapia Cognitivo Conductual; de esta forma, se ha logrado la desmitificación de ella al eliminar las connotaciones ocultistas, conceptuando la hipnosis como un fenómeno dentro de las experiencias de sugestión.
Desde aquellos años este método terapéutico, ya que no es una terapia en sí, sino una herramienta a utilizar durante el proceso ha ido evolucionando hasta puntos de que puede llegar a realizarse hipnosis online con excelentes resultados. De hecho, los autores más recientes como Capafons (2001) entienden todo proceso de hipnosis como auto-hipnosis, por lo que se pude llegar de forma autónoma con un buen entrenamiento previo a cargo de un profesional.
Una de las definiciones más recientes de hipnosis es la que recoge Vallejo (1993) que la define como un estado subjetivo que implica alteraciones perceptivas, siendo esas alteraciones suscitadas por sugestiones. Las sugestiones son aquellas situaciones estimulares que implican una demanda en el individuo, entendiendo esta sugestibilidad como un rasgo que caracteriza la capacidad o tendencia de cada persona a aceptar esas sugestiones.
En esta hipnosis moderna, el proceso se realiza mediante una imaginación controlada, lo cual es una habilidad que poseen todas las personas, por lo que todo el mundo puede ser sugestionado, aunque sea en diferentes grados o intensidades.
Existen diferentes tipos de clasificaciones, pero la más popular es la que diferencia entre hipnosis clásica que utiliza un método más directo y autoritario de sugestión y la moderna que utiliza para este mismo fin una fórmula más indirecta con la utilización de metáforas que la convierten en un estilo más permisivo. Este último método se ha demostrado que es menos arriesgado y más accesible para la mayoría de las personas, puesto que en caso de no llegar a reaccionar a esas sensaciones sugeridas no se sienten tan frustradas por el hecho de no conseguirlo ya que no tienen un impacto directo sobre ellas ya que se perciben como hechos más externos.
Si bien, en determinados momentos del proceso puede ser bien aceptado un método algo más directo para guiar al cliente. El principal autor de este estilo moderno de hipnosis de Milto Erikcson y sus discípulos que se han convertido en la referencia mundial en el mundo de la hipnosis.
Las sesiones suelen tener tres/cuatro partes diferenciadas:
Como decíamos al principio, la hipnosis está llena de mitos y falsas creencias. Para lograr desmitificar el proceso es fundamental explicarle a la persona que lo que van a experimentar durante la hipnosis no deja de ser un momento similar a otros estados de trance de sus vidas diarias, aunque no nos demos cuenta de manera consciente de ellas.
Por ejemplo, las personas solemos perder la noción del tiempo cuando estamos disfrutando de una tarea o nos encontramos en estado de flow, o cuando estamos escuchando música o vemos una buena película. El hecho de estar absorto de la realidad que nos rodea es más común de lo que la gente piensa.
A veces, una conversación puede parecernos que dura horas y en otras ocasiones minutos o realizamos tareas sin saber por qué lo hacemos: ¿has ido alguna vez a la nevera y no sabes a qué ibas? Seguro que sí. Eso sin mencionar los cientos de sugestiones a las que estamos condicionados sin darnos cuenta de ellas, y esta es una de las fórmulas preferidas por ejemplo de las personas que se dedican a los espectáculos de ilusionismo, por ejemplo. No es magia, es comportamiento humano sugestionado por nuestro cerebro.
Esta herramienta utiliza esos momentos para sugerir a las personas experiencias y crear un aprendizaje consciente con esa ayuda de cara a la consecución de sus objetivos o afrontamiento de un determinado problema o conflicto personal.
Todos nos hemos quedado hipnotizados por alguna situación alguna vez, ¿por qué no utilizar ese momento mental a nuestro favor?