¿La cirugía estética puede contribuir a mejorar el bienestar de las personas? En los últimos tiempos, la salud mental se ha convertido en una cuestión de elevada relevancia para las instituciones médicas y sociales. Está estrechamente vinculada con la perspectiva que tenemos de nosotros mismos. Por esa razón, a menudo se piensa en los distintos tipos de rinoplastia como medios para lograr una autoestima sana y equilibrada.
Una rinoplastia puede cambiar el tamaño, el aspecto o las proporciones de la nariz. También puede efectuarse para corregir deformidades provocadas por una lesión, reparar una anomalía congénita o mejorar algunas dificultades respiratorias.
A través de esta operación plástica se consiguen resultados visibles estéticamente, así como de naturaleza psicológica. A continuación, vamos a ahondar en estos últimos:
Lamentablemente, una de las causas para operarse la nariz son las secuelas de los accidentes de coche. Los pacientes acuden a un cirujano, porque su rostro se ha deformado y necesitan reconocerlo de nuevo.
En otras palabras, estas personas deciden recurrir a la rinoplastia para recuperar su aspecto anterior y, de este modo, dejar atrás los recuerdos del siniestro. Así es como muchos accidentados han podido vencer ciertas consecuencias psicológicas derivadas de estos eventos tan traumáticos.
Es posible que nuestra nariz sea muy grande o tenga protuberancias. En estas situaciones, creemos que un arreglo nos proporcionaría un cambio total en la cara. Hablamos de pequeñas imperfecciones, con las que contamos desde el nacimiento, que pueden llegar a ocasionarnos profundos complejos. Hasta pueden hacernos sentir limitados en nuestras oportunidades.
El problema de estos pacientes puede resolverse con la rinoplastia, ya que abre la posibilidad de eliminar su inseguridad con respecto a una parte de su cuerpo.
Los especialistas aprecian un incremento de la salud y confianza en las personas tras la intervención. En un primer momento, resulta complicado someterse a una rinoplastia. Sin embargo, luego se observa que los resultados son los deseados.
La mejora estética de la nariz conlleva, al mismo tiempo, una mejor percepción de nosotros mismos y de nuestras decisiones. Consiguiendo una firmeza y seguridad que les abrirá más puertas a los pacientes.
El Desorden Dismórfico Corporal (o dismorfofobia) se trata de un síndrome bastante famoso desde hace décadas. Podría resumirse en la excesiva preocupación por una deformidad que resulta mínima o inexistente.
La ejecución de operaciones estéticas, sobre todo rinoplastias, en las personas que lo padecen suele derivar en situaciones conflictivas. Pues la supuesta imperfección:
Es crucial identificar a esta clase de pacientes antes de la rinoplastia, ya que se prevendrán varias intervenciones quirúrgicas innecesarias, además de evitar un mayor deterioro psicosocial.
Quienes deseen cambios radicales en su imagen, dada una incapacidad de relacionarse a causa de su aspecto físico, no son los pacientes idóneos para estas operaciones. ¿Por qué? Porque las expectativas sobre la rinoplastia han de ser a nivel estético, no psicológico.
En general, no es recomendable someterse a esta cirugía en caso de que:
Por lo que sí, una rinoplastia puede mejorar tu salud mental, pero sólo si tienes las expectativas adecuadas con la intervención.
La cirugía estética cada vez resulta más aceptada, permitiendo a los pacientes superar traumas y complejos que les impiden lograr su bienestar emocional. Por ello, los diferentes tipos de rinoplastia se presentan como un medio para contribuir a la salud mental de muchas personas. No obstante, las expectativas sobre dicha operación deben ser estéticas y no psicológicas. Y, por supuesto, si te sometes a ella, debe ser por tu deseo personal, no por opiniones externas.
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Hola!
Creo que en una de las partes de tu artículo das con la clave: hablas de que es necesario "identificar a los pacientes con dismorfofobia" antes de iniciar cualquier operación quirúrgica. Me parece esencial esto, ya que si no es así estamos reforzando este comportamiento y promoviendo repertorios conductuales claramente disfuncionales a medio y largo plazo.