Educación

Educación inclusiva: enseñanza en igualdad de oportunidades

La educación de calidad implica flexibilidad y adaptabilidad en su metodología acorde con las necesidades de cada alumno de forma que el proceso de enseñanza-aprendizaje se logre teniendo en cuenta diversas variables que pueden afectar directamente a su correcta consecución. Esto se consigue a través de la implantación de la educación inclusiva en las aulas. 

¿A qué se llama educación inclusiva?

Esto es un ideal de la enseñanza de difícil consecución para el cual se necesitan de maestros y profesionales debidamente formados para aplicar los conocimientos que puede aportar un máster en escuela inclusiva en sus aulas para que sus alumnos aprendan en igualdad de condiciones y oportunidades.  

Definición de inclusión

Según la UNESCO se entiende por inclusión al enfoque que responde positivamente a la diversidad de las personas y a las diferencias individuales, entendiendo que la diversidad no es un problema, sino una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad, a través de la activa participación en la vida familiar, en la educación, en el trabajo y en general en todos los procesos sociales, culturales y en las comunidades (UNESCO, 2005).

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Educación inclusiva

La educación inclusiva es el modelo de educación que tiene como finalidad atender a las necesidades de todos los niños y niñas acorde a su propia diversidad e intereses evitando situaciones de riesgo de exclusión y marginación social. Por tanto, la educación inclusiva presta atención tanto a personas con capacidades especiales como a todas aquellas en riesgo de vulnerabilidad social ya sea por razones de etnia racial, religión, cultura o condición sexual adaptando las estrategias pedagógicas a cada caso concreto. La educación es un derecho fundamental al que deben tener acceso las máximas personas posibles sea cual sea su condición y no convertirla en un privilegio para unos pocos. Esta igualdad de oportunidades en el aprendizaje es la premisa básica de la enseñanza inclusiva. La diferencia fundamental de la educación inclusiva con la educación tradicional es que en el modelo no inclusivo se categoriza a los alumnos y se les distribuye en aulas diferenciadas en función de sus necesidades y en la educación inclusiva es el propio aula el que se adapta a cada estudiante para apoyarlo en la medida que necesite. Es decir, no existen programa especiales sino que todos los alumnos forman parte del mismo grupo de enseñanza-aprendizaje sin ningún tipo de discriminación: el aula común para todos y de todos. Es evidente que trabajar con un aula inclusiva conlleva que la formación para docentes sea una constante de reciclaje y sean los primeros en aprender sobre diversas dinámicas y situaciones que se van a encontrar en este tipo de clases. Aprender al máximo sobre todo lo relativo a las posibles casuísticas que se pueden dar en una clase de este tipo es fundamental para una educación inclusiva de calidad. 

¿Cómo crear un aula inclusiva?

El reto de conseguir una educación inclusiva en nuestros centros de estudio pasa, entre otras, por llevar a cabo estas 8 condiciones básicas:  

  1. Tener educadores bien formados en educación inclusiva. Tanto los dirigentes como maestros de los centros educativos deben conocer en profundidad en qué consiste la educación inclusiva y estar comprometidos con este modelo. Es la mejor manera de evitar estereotipos y prejuicios negativos que afecten a la inclusión de sus alumnos. Debe estar formado en diversas áreas que abarquen las necesidades especiales de sus alumnos, tanto a nivel de posibles discapacidades como riesgos de exclusión social.
  2. Compromiso con sus alumnos y alumnas. Los profesores deben detenerse en conocer a su alumnado para identificar todas las variables de riesgo que puedan afectar a su rendimiento en el estudio.
  3. Aprendizaje por descubrimiento. Dentro de los modelos de aprendizaje, cabe resaltar en las aulas inclusivas que los alumnos deben ser partícipes de su propio proceso de aprendizaje. Los alumnos son parte del aula y deben tener opción a opinar y proponer actividades, acorde con los objetivos formativos pertinentes.
  4. Plantear metas alcanzables. El profesor debe trabajar la motivación de sus alumnos mediante objetivos que puedan realizar, dividiéndolos y adaptándolos a las necesidades particulares. Verse capaz de superarlos mejorará su motivación por seguir aprendiendo.
  5. Evaluaciones diferentes. Estamos adaptando el aprendizaje a cada alumno, por lo que su forma de evaluarlo también debería ser adaptada a cada uno de ellos.
  6. Todos aprenden. Todos los niños y niñas tienen capacidad de aprendizaje sea cual sea su condición. Una manera de entenderlo es sabiendo que existen diferentes tipos de inteligencias y cada alumnos puede desarrollarla de una u otra forma.
  7. Debe existir cooperación. Para que la educación inclusiva tenga lugar deben colaborar todas las partes implicadas: familia, comunidad educativa, administraciones públicas, maestros y los propios alumnos.
  8. Escuela activa. La participación e intervención debe ser por parte de todos los alumnos del aula. Se otorga igualdad de oportunidades para ello fomentando el pensamiento crítico, la comunicación y la gestión emocional de todos. Las actividades deben estar dirigidas a conseguir aulas dinámicas y sociables.

Conseguir un futuro mejor para nuestros niños y niñas pasa porque crezcan bajo esta inclusión e igualdad de oportunidades para crear una educación de calidad. Esto a la postre traerá consigo la construcción de una mejor sociedad. 

Iván Pico

Director y creador de Psicopico.com. Psicólogo Colegiado G-5480 entre otras cosas. Diplomado en Ciencias Empresariales y Máster en Orientación Profesional. Máster en Psicología del Trabajo y Organizaciones. Posgrado en Psicología del Deporte entre otras cosas. Visita la sección "Sobre mí" para saber más. ¿Quieres una consulta personalizada? ¡Escríbeme!