La adicción es la dependencia de una persona a una sustancia, actividad o comportamiento el cual le proporciona cierto alivio o placer. Esta dependencia, que puede ser psicológica y fisiológica, se deriva en una enfermedad crónica cuando la conducta adictiva se vuelve incontrolable e interfiere en la vida cotidiana y la salud de la persona adicta llegando incluso a modificar las vidas de las personas de su contexto.
Las adicciones más comunes se pueden dividir en tres grandes grupos: adicciones a sustancias, adicciones conductuales y adicciones de tipo emocional.
El consumo de sustancias suele ser la tipología de adicción más conocida. Puede ser derivada del consumo de sustancias legales (alcohol, nicotina, etc.) o bien de sustancias ilegales (cocaína, marihuana, etc.).
Es quizás la adicción más común debido a su legalidad y fácil acceso al alcohol. A pesar de su legalidad puede acarrear grandes problemas de salud, emocionales, cognitivos y psicológicas y está al orden del día en su relación con conductas temerarias como conducir bajo sus efectos o comportamientos agresivos.
Su tratamiento en un centro de adicciones suele ser la mejor fórmula para ponerle freno, ya que además acarrea grandes problemas en el entorno familiar de la persona afecta.
Otra de las sustancias legales de fácil acceso es el tabaco y consecuentemente la nicotina de este se vuelve en una potencial sustancia adictiva. La nicotina altera la función del cerebro de forma importante a través de la liberación de dopamina en la vía del refuerzo cerebral lo que motiva al mismo al continuar con su consumo, siendo una de las sustancias que más rápidamente adquiere adicción.
También de uso legal existe hoy en día muchas personas que no pueden vivir sin su ración diaria de cafeína.
En este caso las restricciones de acceso son más limitadas pero es común que existan personas que abusen de su consumo aún cuando en algún momento hayan sido preescritas por un médico. Dentro de este grupo podríamos incluir el consumo de esteroides, muy utilizados por ejemplo en el ámbito del deporte.
Dentro de los tipos de adicciones a sustancias, existe un grupo muy amplio que hace referencia a las sustancias que se tiene que adquirir de forma ilegal y que a mayores del peligro que acarrean para la salud de la persona que las ingieren se suman los problemas legales a los que se enfrentan. Además, su coste suele ser elevado y se asociado a otros comportamientos conflictivos como robos o violencia.
Algunas de estas sustancias son:
Otro gran grupo de adicciones son las relacionadas con conductas descontroladas que interfieren en la vida de las personas ya sea a nivel económico, familiar o laboral. Algunas de ellas son las que siguen:
Hoy en día están muy extendidas las casas de apuestas donde es fácil realizar hábitos de consumo en juegos de azar como apuestas deportivas, casinos, póker, tragaperras o todas aquellas en las que la “suerte” es la que deciden si el usuario gana o pierde. Estas empresas están diseñadas para ganar con lo cual los usuarios en su gran mayoría terminan perdiendo y en los casos más drásticos afectando muy gravemente a su economía.
Los juegos de azar ofrecen un refuerzo en sistema de intervalo variable que fomenta la participación ya que de vez en cuando consigue reforzar al usuario que intentará volver a jugar en busca de ese “chute” de dopamina que nos inyecta cuando logramos un premio, pero que como decimos nunca llega a compensar.
Recientemente la Organización Mundial de la Salud ha decretado la adicción a los videojuegos como un trastorno. El mundo de los videojuegos funciona de manera similar al de los juegos de azar, ofrece una recompensa inmediata en forma de victoria. Existen ya multitud de personas afectadas por este trastorno que se encierran en sus casas y dejan de lado sus vidas por el uso excesivo de los videojuegos.
Una conducta excesiva de ingesta de alimentos puede tener graves consecuencias de salud, principalmente la obesidad. En muchas ocasiones, la comida llega a controlar nuestras vidas y debe ser tratada en centros especializados.
Cuando compramos algo solemos tener una pequeña dosis de dopamina ya que recibir algo nuevo es reforzante y motivante para nosotros. El problema es cuando ese conducta se vuelve incontrolada y se llegan a gastar grandes cantidades de dinero en cosas que son innecesarias.
El sexo es uno de las grandes reforzadores que recibe nuestro cerebro que nos da pie a continuar con su práctica. Dedicarle gran actividad puede acarrear a disfunciones sociales e incluso de salud como anorgasmia o disfunción eréctil.
De forma similar a los videojuegos, las redes sociales o las nuevas tecnologías desembocan en muchas ocasiones en comportamientos inapropiados. Vivir enganchado al teléfono móvil u otros dispositivos pueden terminar siendo disfuncional si no se utilizan de manera racional. Internet es un gran avance y facilita las comunicaciones de manera exponencial pero debe ser utilizado de manera racional.
Aunque parezca raro, existen personas incapaces de salirse de la rutina laboral y permanecen en sus puestos de trabajo de manera extralimitada dejando de lado el resto de sus compromisos personales, familiares e incluso su propia salud. Todo ello por el trabajo y la satisfacción de hacerlo bien. Eso se puede volver en contra de la persona afectada y de la propia empresa.
El tercer gran grupo de adicciones, aunque el menos reconocido, es el relacionado con las adicciones emocionales. Existen personas incapaces de ser independientes de otra siendo incapaz de desengancharse y volviéndose en ocasiones tóxica. Además, este tipo de perfil de personas cuando terminan una relación inmediatamente necesitan buscar otra aunque no sea la más apropiada ante la necesidad de ese refuerzo emocional por mínimo que sea lo que lleva a relaciones tóxicas y desadaptativas.
Todos los tipos de adicciones deben ser tratadas por profesionales especializados (psiquiatras, psicólogos, etc.). Estos tratamientos de desintoxicación pueden llegar a exigir estancias completas en centros clínicos para que la persona esté controlada en todos sus ámbitos para lograr una recuperación y reintegración completa en la sociedad.
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Bibliografía:
Belloch, A., Sandín, B., Ramos, F. Manual de Psicopatología (2008). McGrawHill.