Los videojuegos se han convertido en parte de la cultura de nuestra sociedad actual. Forman parte de nuestro ocio de manera natural y podemos hacer uso de ellos a través de diversos tipos de dispositivos, lugares y formas. Esto si bien puede llenar ese espacio de ocio e incluso incentivar la creatividad y en algunos casos ser productivos para relacionarnos y aprender. Sin embargo, no siempre es así, existen videojuegos programados específicamente para aumentar la atención y que el usuario pasen el mayor tiempo posible en el juego, dado que es la fuente de ingresos del mismo, y eso puede llegar a generar adicción de manera muy parecida a otro tipo de dependencias a juegos de azar, como la ludopatía. Por tanto, cada vez cobra mayor importancia atender este problema en auge, a través de la prevención y en los casos en los que se desarrolle una adicción a los videojuegos iniciar un tratamiento para recuperar el control de nuestras vidas.
La adicción a los videojuegos, también conocida como trastorno por uso de videojuegos, ha sido reconocida como un problema de salud mental por la Organización Mundial de la Salud desde el año 2018 (CIE). Este trastorno se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente que se manifiesta en:
Este reconocimiento subraya la necesidad de desarrollar estrategias de diagnóstico y tratamiento para abordar eficazmente este trastorno.
Los videojuegos modernos están diseñados para captar y mantener la atención del jugador mediante diversas estrategias psicológicas, tales como:
Estas y otras tácticas pueden influir en el sistema de recompensa del cerebro, promoviendo comportamientos repetitivos y potencialmente adictivos. Nuestro cerebro empezará a demandar el juego y dejar de priorizar otro tipo de actividades de nuestras vidas. Además, esta falta de control influye en nuestro estado emocional al tener una creencia sobre el juego distorsionada de la realidad.
Principalmente, como en cualquier otra adicción, se empieza a entender como tal cuando afecta a otras actividades personales. Los indicios de una posible adicción a los videojuegos incluyen:
Aunque la adicción a los videojuegos puede afectar a personas de todas las edades, ciertos grupos pueden ser más susceptibles, como adolescentes y jóvenes adultos. El contexto de la persona va a ser determinante en el desarrollo del trastorno. Factores como la baja autoestima, problemas emocionales y la búsqueda de refugio en los videojuegos pueden aumentar el riesgo de desarrollar una adicción. Además, influencias sociales y culturales, así como una predisposición genética, pueden desempeñar un papel significativo. Es importante aprender a diferenciar lo que es un uso correcto de los videojuegos y lo que es un abuso que pueda desarrollar el problema.
El uso excesivo de videojuegos puede tener diversas repercusiones, muy similares a las que afectan a las personas con problemas de adicciones incluso a sustancias, entre las que se incluyen:
Abordar la adicción a los videojuegos requiere un enfoque multidisciplinario y hacerse de manera individualizada y en función del contexto, por lo que es importante acudir a profesionales en la material. Podemos destacar algunos tipos de tratamiento:
Para prevenir la adicción a los videojuegos, especialmente en jóvenes, se sugieren las siguientes estrategias:
La adicción a los videojuegos es una preocupación creciente en la sociedad actual. Reconocer los síntomas y buscar ayuda profesional son pasos fundamentales para abordar este trastorno. La colaboración entre profesionales de la salud, educadores y familias es esencial para prevenir y tratar eficazmente la adicción a los videojuegos.