La neuropsicología es una disciplina científica que se centra en el estudio de las bases neurológicas de los procesos psicológicos tales como las funciones cognitivas, emocionales o comportamentales. La neuropsicología es una ciencia interdisciplinar que recoger los aportes de la neurología y de la psicología para conocer mejor el funcionamiento de nuestro cerebro desde un punto de vista neuroanatómico y fisiobiológico para dar una descripción detallada que posibilite la realización de diagnósticos, evaluaciones y tratamientos de pacientes con daños cerebrales o aportar otros conocimientos sobre nuestro cerebro que aporte valor a otras disciplinas relacionadas.
¿Qué estudia la neuropsicología?
La formación en neuropsicología se centra principalmente en el estudio de las funciones cognitivas y sus posibles alteraciones que puedan desencadenar en diferentes neuropatologías del sistema nervioso (amnesias, agnosias, afasias, etc.), para a partir de ahí crear técnicas, herramientas y tratamientos de rehabilitación.
Cuando hablamos de funciones cognitivas nos referimos principalmente a los procesos psicológicos que nos permiten interactuar con el medio y desarrollar nuestras capacidades intelectuales. Existen ocho principios psicológicos básicos:
- Percepción.
- Atención
- Lenguaje
- Pensamiento
- Aprendizaje
- Memoria
- Motivación
- Emoción
A partir de estos procesos psicológicos básicos creamos las funciones cognitivas relacionadas con cada una de ellas. La percepción es la capacidad de organizar los datos que proceden del exterior para procesar los estímulos que nos rodean. Dentro del ámbito de la atención se incluyen funciones como la atención focalizada, la concentración, la atención selectiva o el estado de alerta. El estudio del lenguaje abarca aspectos como la semántica, la prosodia, fluidez o la fonología. El pensamiento da sentido a a la información que percibimos y la ordena. Por su parte, los procesos de aprendizaje son necesarios para interiorizar nuevos conocimientos, conductas y destrezas que posteriormente pasarán a ser almacenadas en nuestra memoria para poder luego recuperar esa información. La motivación se encargar por su parte de generar los recursos necesarios para que el cuerpo realice una conducta hacia unos objetivos. Por último, mediante la emoción somos capaces de reaccionar a los estímulos externos para adaptarnos a las demandas de nuestro ambiente.
Todas estas funciones que interaccionan entre ellas para conseguir que el ser humano sea funcional es lo que tratan de estudiar los neuropsicólogos para saber cómo se producen en nuestro cerebro y poder comprender y evaluar mejor lo que suponen las desviaciones patológicas y las psíquicas ya sean debidas a procesos congénitos, enfermedades o accidentes con daño cerebral adquirido.
La neuropsicología, una ciencia interdisciplinar
Los neuropsicólogos trabajan de manera interdisciplinar ya que reciben aportaciones no solo de la neurología y la psicología sino también de otras ramas relacionadas con el estudio del cerebro como la biología, la química, la farmacología, etc. Además, los tratamientos relacionados con el daño cerebral van unidos del trabajo de otros profesionales como neurólogos, neurocirujanos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas o incluso profesionales de la educación física.
Tampoco podemos olvidarnos de que el estudio del cerebro y de como su funcionamiento afecta directamente a nuestro comportamiento no solo abarca la neuropsicología clínica, sino que además es de gran interés para otras ramas distantes a lo relacionado únicamente con la salud, como puede ser el márketing (neuromarketing) o las neurociencias aplicadas a la mejora deportiva de atletas.
Instrumentos de investigación en neuropsicología
Los neuropsicólogos utilizan técnicas basadas en la tecnología que avanzan y se actualizan a lo largo de los años a medida que se mejoran las capacidades computacionales de procesamiento de la información y los medios tecnológicos. Los instrumentos más utilizados en el ámbito de la neuropsicología son el electroencefalograma (EEG), la tomografía axial computarizada (TAG); las imágenes por resonancia magnética (MRI); la tomografía por emisión de positrones (TEP) y la imagen por resonancia magnética funcional (fMRI). Todas ellas con el objetivo de monitorizar, analizar y poder ver de la forma más fiel posible nuestro cerebro para confeccionar un mapa del mismo que nos haga entender mejor su mecanismo interno.
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