Uno de los valores positivos del deporte es el incultar una disciplina en las tareas y actividades a realizar, esto forma parte de la cultura deportiva que debe ser transmitida por los entrenadores a los deportistas. Dentro de estas tareas, la adherencia al entrenamiento se muestra un pilar fundamental para lograr los objetivos de entrenamiento y formativos, tanto a nivel de base como en deporte de rendimiento.
Definición de adherencia al entrenamiento
Es el grado de cumplimiento de los deportistas en las tareas de todo tipo que conlleve un entrenamiento. Incluye apartados como:
- Asistencia y puntualidad al entrenamiento.
- Realización de las tareas del plan de trabajo.
- Aportación de esfuerzo físico y mental para rendir lo máximo posible.
Es decir, la mera asistencia a un entrenamiento no implica estar adherido a él. Para ello ha de poderse medir tanto cuantitativamente (realización de las tareas o ejercicios propuestos) como cualitativamente (nivel de esfuerzo).
Las causas por las que hacemos actividad física pueden ser múltiples: recomendación médica, socializar, mejorar aspecto físico, retos personales, retos profesionales como aprobar unas oposiciones, por meras apuestas (sí, hay gente que hace maratones porque pierde apuestas o por el típico “¿A que no hay hue***?”…).
¿Qué es mejor ir mucho a entrenar o ir poco y hacerlo intensamente?
Como os podéis imaginar, ninguna de las dos cosas es buena. Desde mi punto de vista, de elegir una de las dos alternativas me quedaría con ir menos pero hacerlo con esfuerzo e intensidad. Lo tacho, porque de nada sirve ir a entrenar una vez al mes por mucho interés que le pongas, la mejora se producirá muy lentamente e irá en prejuicio del propio grupo en los deportes colectivas al menos.
Esta adherencia inapropiada, ya sea por exceso o por defecto, se puede producir no solo en el momento del propio entrenamiento físico sino en la falta de disciplina en otras tareas anexas como las reuniones, citas con fisioterapeutas, concentraciones, tratamientos farmacológicos, el entrenamiento invisible o el entrenamiento psicológico.
Hablamos de adherencia por exceso porque tampoco es saludable el asistir y sobresforzarse por encima de las posibilidades u objetivos de cada uno (pérdida de autoestima por no conseguir objetivos a pesar del esfuerzo, propensión a lesiones, desgaste psicológico y físico inadecuado…).
¿Cómo sé si un deportista pierde adherencia?
La evaluación de la adherencia, o mejor dicho, de la falta de adherencia se evalúa teniendo en cuenta estas premisas conductuales:
- Circunstancias antecedentes específicas de falta de adherencia. Evidentemente si en entrenamientos o equipos anteriores ya no cumplía debemos tenerlo en cuenta como “historial de baja adherencia”. Ejemplo:
- Jugador que en su anterior club jugaba todos los partidos debido a su talento, que no se esforzaba por ser superior a sus compañeros.
- Consecuencias gratificantes (extrínsecas o intrínsecas). A veces, el hecho de no asistir a un entrenamiento se debe a que otro reforzador externo es más motivante o gratificante. Este peso específico se sitúa en la balanza del deportista, que si es mayor que los prejuicios de no acudir a entrenar se decantará por ella. Ejemplo:
- Mente del jugador: “Estoy cansado para entrenar, quizás mejor me quedo descansando y recupero. El entrenador me va a convocar igualmente al partido del sábado”.
- Consecuencias poco gratificantes (aversivas). Lo contrario al punto anterior. Si no realizamos entrenamientos motivantes, o son repetitivos o un jugador es muy superior al resto y no le marcamos reto superiores, es probable que a pesar de su adherencia, le resulte aversiva, ya que no está por debajo de sus expectativas. Esto lo podrá condicionar y empezará a faltar a entrenamientos para aprovechar el tiempo en otras tareas. Ejemplo:
- Una superestrella que ficha por un equipo inferior a su nivel.
Por ejemplo, Messi si ficha por el Real Madrid (adiós a esos lectores madridistas, ha sido un placer…;))
- Una superestrella que ficha por un equipo inferior a su nivel.
- Aprendizaje vicario. Los jugadores, aunque muchos entrenadores no lo crean…¡tienen ojos! Observan lo que sucede a su alrededor e imitan actos de compañeros con poca adherencia y se compara con ellos. Ejemplo:
- Imagínate que Cristiano Ronaldo no se esfuerza…¿Qué hará Odegaard? (sino lo hace ya…)
- Variables psicológicas. La motivación de base por la actividad, o creencias personales propias. Ejemplo:
- El típico jugador que se mete en un equipo porque juegan también sus compañeros de clase pero realmente a él no le gusta el deporte.
- La creencia de que por mucho que se entrene el entrenador acabará poniendo al “enchufado” del equipo.
Crear un buen grupo deportivo te ayudará a conseguir una mayor adherencia, quizás te interese este artículo: ¿Entrenas a un grupo o a un equipo? 10 diferencias
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