A lo largo de nuestras vidas tenemos que enfrentarnos a situaciones difíciles, desestabilizadoras, condiciones de vida indeseables o traumas graves. La capacidad de afrontar este tipo de situaciones y continuar proyectándose en el futuro a pesar de las adversidades es lo que se conoce como resiliencia. Estas pequeñas crisis personales pueden ser:
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Ante estas situaciones se puede o bien quedarse estancado y retroceder o bien introducir cambios en la vida para seguir creciendo y madurando. Esto último es lo que hacen las personas con una buena resiliencia. No nacemos con una fuerte resistencia mental de por sí, sino que desarrolla a lo largo de nuestras vidas, podemos aprender la habilidad de gestionar las adversidades y potenciar nuestro nivel de resilencia personal. Cada vez que nos levantamos tras una caída estamos mejorando nuestra capacidad de resiliencia.
Según la experta en desarrollo de personas y líderes empresariales Lolly Daskal las personas que una alta resiliencia poseen 4 hábitos básicos:
Son personas con una alta inteligencia emocional y saben como gestionar y controlar sus emociones. Es un error suprimir los sentimientos que genera una situación de crisis. Es necesario ser consciente de lo que te está ocurriendo y aprender a tener el control de la ansiedad que podría generar una situación de crisis. En psicología, se dice que una persona es resiliente cuando es capaz de superar situaciones altas de estrés o traumáticas sin sufrir secuelas posteriores.
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Las personas resilientes son capaces de superar la negatividad y sumergirse dentro de sus cabezas para descubrir lo que está provocando esta situación adversa. Son capaces de transformar estas ideas negativas en intenciones positivas de cambio. Las personas resilientes son positivas y creen en su propia fuerza y habilidades para superar los problemas, buscan las futuras soluciones.
La palabra resiliencia tiene su origen en la palabra latina resilire, que significa saltar de nuevo. Por tanto, resiliencia significa saber recuperarse de las adversidades de la vida y saltar a nuevas oportunidades que la vida puede aportarnos, con la experiencia de los problemas anteriores que ayudarán a saltar mejor en ese trampolín hacia la vida. Todos podemos hacerlo, solo hay que saber el cómo o aprender a apoyarse en alguien (ya sea profesional o no) que sirva de bastón para poder seguir caminando. Son múltiples los ejemplos de deportistas de élite que han sabido recuperarse gracias a su resistencia mental, como fue el conocido caso del ex-futbolista del F.C. Barcelona, Eric Abidal, que tras superar un cáncer volvió a la competición profesional.
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Las personas con resiliencia alta no necesitan tener todo bajo su control. Se adaptan a las circunstancias externas, saben que solo pueden controlar aquello que está dentro de su zona de control (sus actitudes, sus emociones y sus propias conductas). A veces la culpa no es tuya y no puedes hacer nada para remediarlo, pero sí aprender a controlar la situación personal y tu forma de actuar ante el problema.
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Estos hábitos o conductas son difíciles de aprender pero es función personal de cada uno el intentar mejorar sus capacidades para afrontar los sucesos estresantes venideros. Algunos consejos para potenciar la resiliencia podrían ser:
Por otro lado convendría evitar las siguientes situaciones:
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