La atención es un proceso psicológico mediante el cual establecemos contacto con los estímulos más relevantes de nuestro entorno, omitiendo aquellos otros que no son tan importantes. En cualquier práctica deportiva tener una alta capacidad atencional y de concentración será clave para maximizar el rendimiento por lo que su entrenamiento debe formar parte de la planificación deportiva.
El entrenamiento de la atención y la concentración tiene como objetivo principal dirigir al deportista en una dirección concreta que permita procesar la información más relevante para realizar una determinada acción. El deportista tiene que aprender a interpretar el entorno para generar las respuestas motrices más eficientes. Estos estímulos pueden proceder del exterior (ambiente, lances del juego, etc.) o del propio interior del individio (pensamiento irracionales, en bucle, etc.), distracciones que pueden reducir el foco atencional y por tanto la probabilidad de éxito.
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Se le deben proporcionar al deportista herramientas y estrategias para mejorar su capacidad atencional, tarea en la que los psicólogos deportivos deben poner énfasis ya que es una de las variables psicológicas más importantes en el deporte, sobre todo en aquellos que exigen niveles muy altos de atención o concentración como los deportes de precisión (tiro, golf, etc.) o enseñar al deportista a manejar su proceso atencional en función del momento del juego, por ejemplo cuando un jugador de fútbol se dispone a lanzar un penalti o una falta directa.
Cada deportista y cada disciplina deportiva es diferente por lo que en primer lugar se debe conocer cual es el nivel de activación óptimo para adaptar las estrategias y herramientas de gestión atencional a su programa de entrenamiento específico y a sus propias variables a controlar.
Como ya avanzamos, los estímulos que pueden distraer al deportista pueden proceder del exterior o del interior. Estos últimos son quizás los que más hay que trabajar con los deportistas que deben aprender a direccionar o eliminar los pensamientos negativos o distractores y cambiarlos por aquellos otros más positivos o que favorezcan la ejecución y reduzcan los niveles de ansiedad hacia los niveles de activación más óptimo.
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Si por ejemplo, un tirador olímpico en el momento justo de disparar se le viene al pensamiento la posibilidad de errar fuera del blanco (10) o que si falla perderá el campeonato debe detenerse ese pensamiento inmediatamente o perderá el control de la situación y de manera inconsciente su propio cerebro ejecutará la tarea conforme a lo pensado erróneamente: disparar al 8 en vez de al 10. Nuestro propio cerebro transfiere ese pensamiento a la conducta observable para autojustificar ese pensamiento. Se debe trabajar para cambiar ese pensamiento por el contrario a esto se le conoce como detención del pensamiento y para ello existen numerosas técnicas para restablecer el foco atencional. Estos son algunos de los recursos que se pueden utilizar:
Dentro de los recursos ya hablamos y más concretamente, podemos hablar de ciertas técnicas que se pueden aplicar en el entrenamiento:
El psicólogo deportivo será el encargado de proporcionar y diseñar el plan de acción para la mejorar atencional específica para cada jugador en relación a su deporte específico, trabajo que requiere cierto tiempo, planificación y entrenamiento pero que sin duda es uno de los pilares para la mejora del rendimiento deportivo.
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