El término ansiedad es erróneamente asociado a un problema de salud cuando no es del todo cierto. La ansiedad no es de por sí un problema, ni un trastorno mental, al menos en un principio no. De hecho, no podríamos evolucionar como especie sin ansiedad. Las personas vivimos constantemente interaccionando con nuestro entorno en busca de resolver nuestras necesidades e intereses personales (o colectivos). Durante esta inspección del medio también podemos encontrarnos con riesgos y amenazas que desestabilizan nuestro equilibrio, por lo tanto queremos evitarlas o contrarrestarlas en busca de nuestro equilibrio y en procura de aquellas otras fuentes de oportunidades que nos permitan satisfacer nuestras necesidades.
El objetivo de este artículo es hacer entender al lector que la ansiedad no tiene solo la connotación tan negativa con la que se suele asociar. La ansiedad como problema solo surge cuando se superan los límites de la misma, mientras tanto es la solución a parte de nuestro problemas diarios.
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Imagina que nuestro organismo no tuviese ningún tipo de sistema de alerta para diferenciar una situación amenazante de la que no lo es. Si nuestros ancestros no activaran este mecanismo cada vez que se encontraban ante un nuevo animal, quizás hubiesen sido presa de ellos con mayor facilidad. No hace falta conocer el hecho para sentirse amenazado por él. De hecho normalmente se activa primariamente ante hechos desconocidos y posteriormente ante el aprendizaje de esos hechos como algo posiblemente dañino. El organismo se anticipa a esa posible ganancia o pérdida ante el hecho o situación sobre la que nos encontramos.
Por tanto, la función de la ansiedad es advertir y activar al organismo con el fin de movilizarlo ante situaciones de posible riesgo, de forma que podamos afrontarlas y salir airoso de ellas. Es decir, necesitamos ansiedad si no queremos convertirnos en unos psicópatas (una de sus características es la relativa poca activación ante situaciones de riesgo, lo cual les lleva a cometer todo tipo de actos sin mediación).
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La ansiedad se puede producir tanto por estímulos externos (por ejemplo, una serpiente), como por estímulos internos (como pueden ser los prejuicios negativos hacia ciertos colectivos).
El sistema de la ansiedad activa tres mecanismos de respuesta humanos que pueda actuar de forma relativamente independiente:
Activar los centros nerviosos
, en particular el sistema nervioso autónomo (cambios vasculares, respiratorios, etc.). Nos anticipamos a la acción. Nuestro corazón empieza a latir un poco más rápido para que, en caso de ser necesario, disponer de la mayor energía posible para la acción.
Inhibición o sobreactivación motora
. El cuerpo se prepara físicamente para un posible comportamiento defensivo (huída o ataque). Es decir, cuando nos adentramos por primera vez en un lugar desconocido instintivamente el cuerpo se está adaptando a una posible reacción ante un estímulo amenazante porque no sabemos qué nos vamos a encontrar.
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Evidentemente, el sistema de ansiedad es una medida psicofisiológica muy favorable para la evolución. Nos mantiene a salvo. La ansiedad funciona como un semáforo que nos indica con sus diversas intensidades de los peligros que nos podemos encontrar en nuestro camino por la vida. En verde no hay peligro, en ámbar nos advierte y cuando se nos pone en rojo evita o cambia nuestra conducta. ¡Y cuantos accidentes evita! Por tanto, la ansiedad nos facilita la vida.
Por tanto, la ansiedad es un mecanismo normal y adaptativo que cuando se produce de manera proporcionada y expresada dentro de unos límites cumple una labor funcional. Incluso estos límites pueden llegar a alcanzar niveles muy altos con incluso manifestación de cierta sintomatología, sin embargo estos cambios fisiológicos no solo son normales sino que como hemos visto, cumplen una función vital. Como casi con todo, solo cuando estos límites se sobrepasan de manera exagerada y mantenida se pueden llegar a convertir en un problema de salud que impida la realización de una vida normal, influya en el bienestar de la persona y en su vida social y laboral e incluso cohibir los movimientos de la persona. Es en estos casos cuando sí podemos hablar de la ansiedad como alteración.
Por último, hacer un pequeño hincapié en la diferencia entre miedo y ansiedad. Miedo y ansiedad se suelen utilizar de manera equivalente, pero existen diferencias. Sin embargo, el miedo hace referencia a una relación más del estilo estímulo-respuesta ante un hecho identificable y conocido. La ansiedad va más allá y se convierte en un estado emocional más difuso ante una amenaza irreconocible.
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Autores como Epstein (1972) ponían la diferencia entre miedo y ansiedad en que el primero era el drive que motiva una conducta de evitación ante la percepción de un estímulo amenazante, mientras que el segundo era el estado emocional del miedo no resuelto sin dirección específica ante la percepción de amenaza.
Por referenciar un poco más las diferencias entre miedo y ansiedad, Barlow (1988) propuso el término aprensión ansiosa como la combinación difusa de emociones orientadas al futuro, mientras que el miedo era una alarma primitiva de respuesta a un peligro presente.
Si crees que puedes mejorar tu sistema de ansiedad puedes apoyarte en un psicólogo, profesional de la conducta humana, que te pueda ayudar a manejar y entrenar la ansiedad de manera correcta. Aprende a controlar la ansiedad antes de que se pueda convertir en un trastorno. Si por otro lado sientes que tu vida está muy condicionada por tus estados de ansiedad, no dudes en consultarlo con un profesional sanitario.
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Referencias:
Barlow, D.H. (2002). Anxiety and Its Disorders. The Nature and Treatment of Anxiety and Panic (2nd Edition). Nueva York: The Guilford Press.
Belloch A.; Sandín, B. y Ramos, F. (2009.): Manual de Psicopatología, Volumen II (Texto revisado). McGraw-Hill. Madrid, 2009.
Epstein, S. (1972), The nature of anxiety with emphasis upon its relationship to expectancy. En C.D. Spielberger (Ed.). Anxiety: Current Trends in Theory and Research (2), pp. 291-337. Nueva York: Academic Express.
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Muy buen aporte. Enlazaré este contenido desde mi blog http://www.ansiedadsintomas.es. Un saludo.
Muchas gracias Lucía!
:)