Nos encontramos en un tiempo donde podemos intercambiar libre información entre los usuarios. Esto ha traído como consecuencia la creación de nuevas tendencias que han provocado algunos cambios entre los consumidores.
Por ejemplo, un estilo de vida saludable en base a la alimentación. Las dietas y planes nutricionales compartidos en internet nos explican que comer de manera saludable significa evitar alimentos procesados. Como resultado, se ha originado la idea de que estos productos son malos, y los llamados alimentos ultraprocesados aún peores.
El interés de los consumidores por comer sano se ha disparado en los últimos tiempos. En España, de acuerdo con un estudio realizado por Google, esta tendencia es más fuerte entre mujeres y jóvenes. El informe muestra los datos procedentes de las búsquedas registradas. La categoría de alimentación en general, motivó 129 millones de búsquedas durante el último año.
Bajo la idea de comer sano, el estudio incluye tres conceptos: la alimentación saludable en general, con 5,4 millones de búsquedas; productos para celíacos, con 1,6 millones, y la comida “veggie”, con 1,3 millones. La comida veggie significa reducir la ingesta de proteína animal y sustituirla por vegetal.
La alimentación saludables es una posición que se ha llevado a los extremos. Algunas de las instrucciones que especifican son no comer alimentos con más de cinco ingredientes, ni con más de cinco pasos en su proceso de fabricación, ni que contengan conservantes, ni “productos químicos”. Ante ellos, diversos científicos de alimentos concluye que esta información no es útil. Y es que, la ciencia realmente mejora los alimentos para el consumo humano.
Es imposible evitar los alimentos procesados, incluso cuando se trata de seguir una alimentación saludable, así lo afirma Marina Cáceres, especialista en nutrición y redactora para el portal Guiadesuplementos.es.
Según la especialista, el término “alimentos procesados” se ha vuelto negativo porque ha sido malinterpretado por los consumidores. En particular, se ha utilizado para destacar productos con altos niveles de sal, azúcar o grasa, las cuales pueden traer consecuencias para la salud.
‘’Este término también se emplea para señalar alimentos que contienen una gran cantidad de componentes, lo que algunos consideran aditivos “químicos”. Sin embargo, no existe una correlación entre la cantidad de ingredientes y la calidad o seguridad de un producto. Por ejemplo, un plátano contiene varios componentes químicos como fructosa, maltosa, tocoferol, filoquinona y 2-metilpropan’’, destaca.
Ante este rechazo, se han creado diferentes dietas que suprimen o minimizan el consumo de productos procesados como la dieta plant-based, dieta crudivegana o la raw diet.