Las respuesta sexual humana fue estudiada por primera vez por Masters y Johnson, cuando publicaron en 1966 sus, en aquella época, controvertidos estudios. Masters y Johnson establecieron cuatro fases principales: excitación, meseta, orgasmo y resolución durante los cuales se producían diversas reacciones psicofisológicas en el cuerpo humano de manera diferenciada para hombres y mujeres. No obstante, no fue hasta 1979 cuando se introdujo por parte de Helen Singer Kaplan una fase previa, el deseo sexual, la cual es aceptada actualmente por toda la comunidad científica.
A pesar de que esta fase de deseo sexual no tienen aparentes cambios físicos en el cuerpo humano, sí posee un alto componente emocional y psicológico siendo fuente de muchos de los problemas sexuales actuales. La falta de deseo sexual o desinhibición sexual es un problema que afectan tanto a mujeres como a hombres, pero que hoy en día cuenta con terapias especializadas e incluso productos que fomentan la aparición de la libido sexual, como la ayuda proporcionada por especialistas como Fullmobs.
Existen varios modelos teóricos de la respuesta sexual humana, pero todavía a día de hoy, son las teorías de Masters y Johnson y la de Kaplan, basada en éstas, las más aceptadas.
Masters y Johnson dividieron el patrón básico de respuesta sexual en cuatro fases, aunque tal división en periodos no suele producirse de forma tan diferenciada y cuya duración y delimitación de cada una varía mucho de unas personas a otras, y de una situación a otra:
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El modelo explicado anteriormente de Master y Johnson es sobre el cual se sustenta el modelo trifásico de la sexualidad propuesto por Kaplan. Como ya dijimos, la principal diferencia con el modelo anterior es la incorporación de una fase inicial de deseo sexual y la aglutinación de la fase de excitación y meseta en una sola que denominó como excitación.
Fase de deseo: podemos definir el deseo sexual como un impulso que mueve a la persona a buscar una experiencia sexual o mostrarse receptivo a tenerla. Existn diversos factores que pueden afectar a esta fase relacionadas con el estrés, la ansiedad o la depresión que pueden afectar directamente al deseo sexual y son origen de trastornos de la sexualidad, como el deseo sexual hipoactivo o el deseo sexual inhibido. Sin un impulso que nos lleve al sexo no es posible alcanzarlo o se alcanza de manera insatisfactoria y con poca calidad lo que repercutirá también en las relaciones de pareja. Es una fase eminentemente cognitiva sin cambios físicos claros en el organismo, es por tanto más un estado de ánimo que un proceso psicobiológico.
Fase de excitación:
esta fase se subdivide a su vez en otras dos: la fase vasocongestiva, que comprende las fases de excitación y meseta del modelo de Masters y Jonhson. Se dilatan los vasos sanguíneos en todo el cuerpo, predominantemente en los genitales. Se produce la erección en los hombres en sus diversos tipos (mecánica, refleja o psicógena). En las mujeres se producen las fases de lubricación y plataforma orgásmica. Aumenta el tamaño del clítoris, se ensancha la vagina, se producen erecciones de los pezones y existe rubor sexual.
Fase de orgasmo: el orgasmo es una serie de contracciones reflejas de ciertos músculos genitales regidos por centros neurales espinales. En los hombres se producen dos reflejos principales: emisión (contracción refleja de los músculos lisos de las paredes de los órganos reproductores) y la eyaculación (contracciones rítmicas de los músculos estriados de la base del pene). Por otro lado, en la mujer el orgasmo es análogo al del hombre pero las contracciones rítmicas se producen entorno a la entrada vaginal.
Además de estas fases anteriormente descritas, se produce una sexta fase solo en los hombres que se corresponde con e periodo refractario que se corresponde con el tiempo hasta que el hombre pueda completar otro encuentro sexual completo hasta la eyaculación y el orgasmo.
_Bibliografía: Kaplan. H.S. (1979). La nueva terapia sexual.Masters, W. H. y Johnson, V. E. (1966). Human Sexual Response.