La psicología positiva nos brinda herramientas valiosas para comprender cómo nuestras creencias y pensamientos influyen en nuestro bienestar y éxito. Una de las teorías más relevantes en este campo es la teoría de la mentalidad de crecimiento, desarrollada por la psicóloga Carol Dweck (2006). Esta teoría nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras creencias acerca de nuestras habilidades y capacidades pueden determinar nuestro éxito y bienestar en diversos ámbitos de la vida, incluyendo el deporte.
Carol Dweck, en su libro “Mindset: The New Psychology of Success“, nos presenta dos tipos de mentalidad:
La mentalidad se desarrolla a lo largo de la vida, influenciada por nuestras experiencias, educación y los mensajes que recibimos de nuestro entorno. Los padres, educadores y entrenadores juegan un papel fundamental en el desarrollo de la mentalidad de crecimiento al elogiar el esfuerzo y el proceso de aprendizaje, en lugar de centrarse únicamente en los resultados (Dweck, 2017).
La mentalidad de crecimiento está estrechamente relacionada con el concepto de autoeficacia, que se refiere a la creencia de una persona en su capacidad para tener éxito en una tarea o situación específica (Bandura, 1997). Las personas con una mentalidad de crecimiento tienden a tener una mayor autoeficacia, ya que creen que pueden desarrollar las habilidades necesarias para alcanzar sus metas.
Como se menciona en el artículo de Iván Pico (2017) en Psicopico.com, la autoeficacia profesional es un factor crucial para el éxito laboral. El artículo define la autoeficacia como la creencia en nuestras propias capacidades para hacer frente a diferentes situaciones o retos, organizando y ejecutando las tareas o acciones necesarias hacia el éxito. Al igual que la mentalidad de crecimiento, la autoeficacia impulsa a las personas a asumir desafíos y perseverar. La mentalidad de crecimiento, al fomentar la creencia en la capacidad de desarrollo y mejora, contribuye a una mayor autoeficacia y, por lo tanto, al éxito en diversos ámbitos.
Un estudio reciente ha demostrado que la mentalidad de crecimiento puede ser un factor protector contra la ansiedad y el estrés en situaciones desafiantes. Al creer en su capacidad para aprender y mejorar, las personas con mentalidad de crecimiento son más propensas a perseverar ante la adversidad y a mantener una actitud positiva (Yeager et al., 2019).
La mentalidad de crecimiento es especialmente relevante en el ámbito deportivo, donde el éxito a menudo requiere años de práctica y dedicación. Los atletas con mentalidad de crecimiento ven los desafíos como oportunidades para mejorar y crecer, y no se desaniman por los contratiempos.
Un estudio realizado con atletas de élite encontró que aquellos con una mentalidad de crecimiento eran más propensos a alcanzar su máximo potencial, ya que se esforzaban más, persistían por más tiempo y aprendían de sus errores. Además, la mentalidad de crecimiento también se ha relacionado con una mayor motivación y disfrute en el deporte (Dweck, 2008).
Si deseas cultivar una mentalidad de crecimiento, aquí tienes algunos consejos:
La teoría de la mentalidad de crecimiento de Carol Dweck nos muestra que nuestras creencias sobre nuestras habilidades y capacidades pueden tener un impacto significativo en nuestro éxito y bienestar. Al adoptar una mentalidad de crecimiento, podemos desarrollar nuestro potencial al máximo, superar los desafíos y alcanzar nuestras metas en cualquier ámbito de la vida, incluyendo el deporte.