Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (DRMO), ese es el significado en español de las siglas EMDR que en inglés significan Eye Movement Desensitization and Reprocessing. El EMDR es una técnica psicológica creada por la psicoterapeuta cognitivo-conductual norteamericana y recientemente fallecida, Francine Shapiro (1948-2019). Este tipo de terapia psicológica fue utilizada en un primer momento para ayudar a los pacientes en el procesamiento de sucesos que les provocaron un trauma vital.
En un principio se utilizaba para tratar a personas diagnosticadas con Trastorno por Estrés Postraumático(TEPT), pero en la actualidad también se utiliza para casos de depresión, ansiedad, fobias u otros tipos de trastornos adaptativos del rendimiento vital.
Cuando una persona vive una experiencia traumática éstas deben ser procesadas por el cerebro el cual posee un sistema natural de integración de experiencias denominado Procesamiento Adaptativo de la Información (PAI). Cuando este sistema no procesa correctamente esa información puede que quede bloqueada o no se archive en la memoria de forma correcta quedando parte de esa información fragmentada de manera que la vida de la persona se vea condicionada por este hecho no solucionado.
La terapia EMDR se sirve de la estimulación de los hemisferios cerebrales a través de los movimientos oculares, principalmente, o a través de otro tipo de estimulaciones como sonidos o pequeños golpes. De esta manera, se busca que el paciente recupere de la memoria partes del suceso traumático para de esta forma reestructurar esa información y procesarla de forma correcta, aliviando así el malestar emocional generado. Estos estímulos mal condicionados pasan así a ser olvidados de forma correcta evitando que activen los recuerdos que causan el malestar.
Para conseguir esta estimulación bilateral del cerebro se pueden aplicar diversas técnicas, las principales son:
Durante una sesión de EMDR se pide al cliente que se centre en el recuerdo que le genera el malestar para pasar a estimularlo mediante los movimientos oculares, auditivos o táctiles de un lado a otro. Después, se le pide al cliente que indique qué es lo que se le viene a la mente, qué estímulos recibe (sonidos, imágenes, emociones, percepciones…). Se va repitiendo el mismo proceso hasta que el malestar desaparece. Es decir, se desensibiliza y reprocesa la información.
La terapia EMDR consiste en 8 pasos principales.
Se identifican los objetivos para el tratamiento. Se recoge toda aquella información y experiencias relevantes para el cliente en relación al problema.
Se enseñan al cliente diferentes herramientas y técnicas de regulación emocional para reducir el estrés y la ansiedad generada por el hecho traumático para que sea capaz de autogestionar sus emociones y generando seguridad en el cliente durante las sesiones. Esto facilitará una recuperación más rápida y equilibrada.
En esta fase re identifican y registran los elementos principales que se quieren reprocesar (una imagen visual, una percepción, una creencia, una emoción, una sensación corporal…) midiendo así la validez de la cognición positiva y el grado de perturbación percibida.
En esta fase se produce la desensibilización de la red de memoria. Se verbalizan estas emociones y sentimientos y también se pide al cliente que identifique una creencia positiva. Durante este proceso, el cliente se concentran en esas imágenes a la vez que se inicia el procesamiento EMDR mediante la estimulación bilateral.
Después de cada serie de estimulación el terapeuta le indica al cliente que deje su mente en blanco y que perciba cada pensamiento, sentimiento o imagen que se le ocurra. Esto servirá de información para las siguientes estimulaciones que realizará el terapeuta.
En esta fase se produce la asociación entre la creencia positiva que se identificó en un primer momento con el estado de ausencia de malestar. De esta forma se reprocesa la información de la red de memoria que se está trabajando. Se mantiene la estimulación bilateral hasta que el cliente sea capaz de manejar la situación sin verse alterado.
En este paso se identifican las posibles sensaciones físicas que han quedado de forma residual tras el reprocesamiento de la información. En el caso de que exista alguna perturbación se debe volver a la fase de desensibilización.
Se conecta al paciente con el presente con el objetivo de que recupere un estado de equilibrio, se haya o no completado el reprocesamiento. Es aquí donde cobra vital importancia las herramientas de autogestión emocional aprendidas con anterioridad. Además, el cliente debe mantener el registro de conductas durante esa semana.
El la siguiente sesión se examina el progreso realizado hasta el momento evaluando el progreso y si existen perturbaciones residuales.
Eligir un buen terapeuta especializado en esta técnica es importante para lograr los mejores resultados, por lo que recomendamos invertir cierto tiempo en buscar psicólogos EMDR en Madrid o tu localidad más cercana.
