Uno de los problemas más habituales por los que pasan muchas relaciones de parejas son los celos. Socialmente, hay una perspectiva errónea de que los celos pueden ser normales o estar justificados. Pero desde una perspectiva psicológica, los celos son lo opuesto a una muestra de amor en la pareja.
Los celos se pueden definir como un patrón de conducta influenciado por el miedo a perder a nuestra pareja, a ser engañados o rechazados por esta misma.Los celos pueden afectar a un miembro o a ambos de la pareja y no se entienden psicológicamente como una enfermedad, sino como una manera de gestionar la relación que ha sido aprendida al haber pasado por situaciones traumáticas para quien los sufre.Detrás de una actitud de celos, puede encontrarse un problema de autoestima, una carencia para expresar las emociones o incluso recuerdos de experiencias pasadas que han afectado hasta el punto de llevar a cabo actitudes obsesivas hacia el otro con el fin de encontrar la seguridad y mitigar los miedos.
Si sientes que estás pasando por una etapa personal en la que los celos dominan tu vida, y que estos están quemando y consumiendo tu relación, es importante que te plantees acudir a un profesional que pueda ayudarte a gestionarlos. Aún así, hay ciertos patrones que se pueden observar para identificar si se está pasando por un problema de celos en la pareja:
Un problema de celos de pareja no es una situación imposible de superar. El primer paso para que la persona celosa pueda comenzar a progresar en la relación es identificar y reconocer lo que está pasando. Para empezar a mejorar y mitigar los ataques de celos, se pueden seguir diversas pautas o tips:
¿Alguna vez te has parado a pensar de dónde vienen tus celos? Otorgarnos momentos a solas para recapacitar y hablar con nosotros mismos es una herramienta muy efectiva para autoconocernos y afrontar nuestras propias circunstancias. Elige el momento del día que mejor te venga para practicar un rato de introspección.
Construir una autoestima sólida es la base para confiar en ti mismo y, por ende, confiar en tu pareja. Reconocer las cosas buenas que tienes, tus virtudes y tus dotes como persona te hará crecer individualmente y sentirte mejor acompañado de tu pareja. Recuerda las actividades que te gustan hacer y lo bueno que eres en ellas.
¿Te suena el concepto de empatía? Si no lo conoces, la empatía es ponerse en el lugar del otro, comprender sus sentimientos y emociones de una forma objetiva y racional. Hablar con la pareja de lo que nos duele, con calma y compasión hacia ella, es una estrategia eficaz para sentirse apoyado, escuchado y respaldado. Se trata de construir una relación de pareja que se sienta como un equipo a la hora de afrontar los inconvenientes en común.
Ir a terapia de pareja cuando estás pasando por una época personal difícil es una de las decisiones más importantes y valientes que puedes tomar tanto por ti mismo como por tu pareja. Si tus recursos individuales están fallando, un terapeuta de pareja puede ayudarte a comprender aquellos conflictos conyugales que ves imposibles de resolver. Apoyarte en un psicólogo con amplia experiencia es la pieza del puzzle perfecta para comenzar una nueva etapa sana y sin celos.