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(Español) Cirugía plástica y bienestar psicológico

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Cuando una persona se plantea la posibilidad de realizar una cirugía plástica suele ser por motivos diferentes y con perspectivas psicológicas también diferentes. Es por esto que cobra gran importancia el conocimiento del perfil psicológico, el motivo y la causa por la que el paciente quiere someterse a este tipo de cirugías, que pueden cambiar la tan importante imagen personal que influye de manera directa en nuestro propio autoconcepto y autoestima.

El efecto de la autoestima en función del tipo de cirugía plástica

Por un lado, existen las cirugías plásticas reconstructivas que se realizan para corregir algún tipo de mutilación física producida por un accidente (cortes, quemaduras, etc.) o una enfermedad como puede ser un tumor, o un proceso congénito o adquirido. que requiera reparación o reposición para que recobre la forma o función corporal. Es un tipo de cirugía provocada por un hecho externo a la propia necesidad personal del paciente que previamente no necesitaba de dicha reconstrucción.

El otro tipo de cirugías plásticas son las que no son derivadas de un trauma y se realizan porque el paciente no está satisfecho con su propio cuerpo. Esta es la denominada cirugía plástica estética. Estas son las realizadas por clientes sanos que se convierten en pacientes con el objetivo de corregir algún aspecto de su propio cuerpo con el cual no están conformes. Estas personas quieren conseguir verse mejor así mismas y conseguir una armonía corporal o reducir el envejecimiento para cumplir con sus expectativas personales.

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En ambos casos se debe recurrir a expertos profesional que te asesoren a la hora de tomar la decisión que en muchos casos sin vuelta atrás. Acudir a una clínica estética en Málaga puede ser el primer paso para encontrar la solución a problema.

¿En cuál de los dos casos afecta más la autoestima para tomar la decisión?

En el primer caso, la persona se ve obligada a realizar la reconstrucción y el trauma que supone perder o tener una malformación física por factores ajenos a la propia persona suele ser muy grande. En estos casos la cirugía cumple un alto valor no solo de reconstrucción física sino de reconstrucción psicológica. El paciente puede ver perdida de golpe gran parte de su autoestima personal al haber perdido parte de su imagen. La ayuda médica puede lograr que recupere la confianza tras la pérdida del miembro amputado o regenerando la zona para que la pérdida visual sea menor. Es una cirugía que ayuda a recuperar un posible estrés post-traumático originado por el accidente que se ve incrementando con la pérdida de la percepción de su imagen personal, que forma parte de la propia personalidad y que se vio perdida por un incidente externo.

En el segundo de los casos la autoestima no es perdida de golpe sino que es fruto de un proceso psicológico más largo y complejo. Una cirugía estética puede ayudar a una persona con una baja autoestima personal a recuperar parte de ella, siempre y cuando sea de manera racional y coordinada con el médico profesional. Cuando una persona presenta una baja autoestima o su autoconcepto personal está mal estructurado puede ser que no se perciba así mismo con suficiente confianza. Esto suelen ser los casos de las personas que recurren e una cirugía estética, ya sea para retocarse la nariz, aumentarse o disminuirse los senos, ponerse pelo o retocarse la cara para reducir los efectos de la vejez y sentirse mejor con uno mismo.

La cirugía estética puede ayudar a reducir esa sensación de mal estar personal o incluso complejos producidos por la supuesta mala imagen que percibimos de nosotros mismos a nivel físico, que en muchos casos es culturalizado. Sin embargo, debe ser bajo un exhaustivo control médico y consejo profesional para valorar el estado psicológico de la persona ya que existen casos donde se sobredimensiona la necesidad de operarse cuando el hecho de la apariencia física no es exclusivo para la mejora de nuestra autoestima, ya que nuestra personalidad va más allá de lo físico. Si bien es cierto que una cirugía puede ayudar, siempre debe ir acompañada de que se realiza con una convicción propia y estética personal y no por mera necesidad social, ya que una operación de estética durará en el tiempo y una valor social podría variar con el paso de los años.

Además, una vez realizada la operación existirá un periodo de adaptación a la misma donde la persona debe estar preparada para el cambio, ya que pueden existir alteraciones emocionales derivadas. Es por todo esto que es muy importante realizar una evaluación psicológica, emocional y motivacional para valorar si la persona está preparada para una intervención de este tipo. Bajo esos requisitos, la persona podrá verse beneficiada de una operación estética.

Iván Pico

Director y creador de Psicopico.com. Psicólogo Colegiado G-5480 entre otras cosas. Diplomado en Ciencias Empresariales y Máster en Orientación Profesional. Máster en Psicología del Trabajo y Organizaciones. Posgrado en Psicología del Deporte entre otras cosas. Visita la sección "Sobre mí" para saber más. ¿Quieres una consulta personalizada? ¡Escríbeme!