¿Qué es a empatía? La empatía es uno de los principales componentes de la inteligencia emocional basado en el reconocimiento de las emociones en otras personas. Esta capacidad mejora las relaciones sociales al volverlas más reales y duraderas por el hecho de sentirse identificado con la otra personas; tanto para las emociones negativas como para las positivas. Comprender lo que desean otras personas, cómo se siente y cómo ven el mundo es una herramienta muy útil en la sociedad en la que vivimos. La globalización y el modo en el que se produce las relaciones sociales, cada vez más en la distancia, hace especial hincapié en tener una gran capacidad de empatizar con los que nos rodean o incluso ser capaz de hacerlo en la distancia.
Cuanto más empáticos somos mejor interactuamos con las otras personas. Esta capacidad de tomar perspectiva respecto a los demás es una forma de obtener información muy relevante de la otra personas para ponernos en su lugar, en sus emociones, y mejorar a su vez nuestras habilidades sociales. ¿Qué nos dice la ciencia sobre cómo mejorar la empatía?
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Los investigadores llevan tiempo intentando aprender más sobre cuales son los mecanismos que nos ayudan a comprender a los demás. Tanto la empatía como la toma de perspectiva (a veces denominada teoría de la mente sobre la capacidad de leer el pensamiento), forman parte de esta habilidad de leer las emociones de los demás. Sin embargo no se trata de una sola habilidad sino de un conjunto de habilidades subordinadas individuales. A veces es necesario focalizar la atención en las expresiones faciales e interpretar la mirada; y en otras ocasiones es mejor pensar en el trasfondo cultural del narrador y conocer sus necesidades personales actuales.
La ciencia todavía no tiene claro qué forma el núcleo de estas competencias ni en qué parte del cerebro se basa su funcionamiento. Philipp Kanske y Matthias Schurz (2020), el primero profesor en la TU Dresden, y el segundo del Instituto Donders en Nijmegen, junto con un amplio equipo internacional de investigadores, han desarrollado recientemente un modelo explicativo integral sobre el funcionamiento de la empatía y la toma de perspectiva. Este estudio ha sido recientemente publicado en la revista Psychological Bulletin.
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Según Kanske, la empatía y la toma de perspectiva sobre el otro se procesan en el cerebro a través de una red principal especializada. Esta red se activa en cada situación social y dependiendo de la situación involucra otras redes adicionales. Nuestro cerebro reacciona de forma flexible a las necesidades individuales.
La empatía, la red principal puede reconocer situaciones significativas como puede ser el procesamiento del miedo, pero a la vez el cerebro trabaja con otra áreas especializadas, por ejemplo, para el reconocimiento facial o la voz. Lo mismo ocurre para el cambio de perspectiva, se activan regiones relacionadas con los recuerdos pasados o la imaginación del futuro. Es decir, se activan partes del cerebro de situaciones que no se observan en ese preciso momento. Podemos decir que para tener una buena habilidad empática también tenemos que tener unas buenas experiencias anteriores y una capacidad de creación de imágenes futuras, por lo que el desarrollo de la creatividad podría estar muy involucrado en una buena empatía.
En los resultados de los estudios se demuestra que los problemas sociales más complejos requieren una combinación de empatía y un cambio de perspectiva. Las personas más competentes socialmente suelen conseguir ver a las otras personas desde la perspectiva de los sentimientos y de los pensamientos consiguiendo un equilibrio entre ambas habilidades. Sin embargo, la falta de una de estas habilidades no tiene porqué limitar a las personas en sus habilidades sociales ya que puede ser que las compense con otras habilidades.
En definitiva, nuestro cerebro se adapta a las necesidades de la situación para generar empatía y perspectiva de forma coordinada con otras habilidades; por lo que la mejor forma de mejorar nuestra empatía y lectura del pensamiento ajeno es la propia experiencia. La biología de nuestro cerebro está preparada para empatizar, unos la tendrán más o menos desarrollada de manera genética, pero la experiencia será la que logre retener en nuestro cerebro las imágenes que necesita recuperar para entender las expresiones de los demás y enfocarlas hacia el futuro.
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Referencias y estudio:
Schurz, M., Radua, J., Tholen, M.G., Maliske, L., Margulies, D.S., Mars, R.B., Sallet, J. Kanske, P. (2020). Toward a hierarchical model of social cognition: A neuroimaging meta-analysis and integrative review of empathy and theory of mind. Psychological Bulletin, 2020; DOI: 10.1037/bul0000303