Salud

Cómo afrontar el miedo a la muerte

Cuando hablamos de los motivos del miedo quizás exista uno por encima de todos, el miedo por excelencia; el último: el miedo a la muerte. 

Cuando pensar en morir no nos deja vivir

El primer principio para mantenernos vivos es evitar morir y para ello nuestro organismo debe conocer el significado de la muerte y activar todo tipo de mecanismos para evitarlo. El mecanismo biológico fundamental de defensa de nuestro organismo es la ansiedad: se despierta todo tipo de reacciones para evitar un peligro, del tipo que sea y que maximizado podría acarrear la muerte. La vida es nuestro bien más preciado y nuestro cerebro lo sabe. De hecho, una persona que sufre ansiedad durante un ataque de pánico puede llegar a sentir esa sensación irracional de que se va a morir. Esto despierta una reacción defensiva, que como sabemos, cuando no está gestionada emocionalmente bien puede dar lugar a problemas de sobregeneralización de esa ansiedad a contextos que no tienen peligro relevante. 

Tanatofobia: miedo a morir

El miedo irracional a la muertes conocido como tanatofobia. Se produce cuando el pensamiento sobre la muerte es tal que se evitan todo tipo de situaciones que impliquen esa mínima posibilidad, es por tanto una ansiedad por la propia muerte o por el proceso de morir vinculado. Este tipo de ansiedad acarrea miedos irracionales relacionados con el miedo a la separación, a enfrentar la pérdida o una excesiva preocupación por morir y dejar a los seres queridos sin tu presencia. Cuando la tanatofobia es extrema puede llegar a incapacitar a la persona para realizar actividades cotidianas o incluso temer por su vida ante situaciones tan simples como cruzar la calle, manipular objetos, contraer una enfermedad o incluso malestar ante la propia contaminación del aire o agua que respira y bebe. Por ejemplo, la tanatofobia se ha visto reflejada como causa de ansiedad relacionada con la actual pandemia del coronavirus donde el miedo a morir por contraer la enfermedad hizo acrecentar el miedo irracional e incontrolable ante el virus y sus consecuencias. 

Gestión emocional de la muerte

Tener miedo constante a la muerte puede acarrear un sufrimiento incontrolable lleno de pensamientos obsesivos y conductas evitativas de todo aquello relacionado con la muerte o situaciones cercanas (funerales, hospitales, cementerios, peligros, etc.) por lo que es aconsejable seguir algunas pautas para evitar ese sufrimiento o acudir a un psicólogo especialista que pueda ayudarte a sobrellevar emocionalmente ese estado emocional irracional. Cuando no queda más remedio que enfrentarse a la muerte y todo el proceso relativo al funeral es importante rodearse de profesionales del sector que te acompañen durante el proceso, como es el caso de Interfunerarias, donde aliviarán las consecuencias relativas al afrontamiento de la muerte de un ser querido. 

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¿Por qué tenemos miedo a morir?

Las causas de la tanatofobia son diversas, entre ellas: 

  • Experiencias traumáticas pasadas. Tales como muertes o situaciones cercanas a ellas de personas cercanas o vividas en la propia piel.
  • Duelo patológico. Se refiere a no haber sobrellevado de forma correcta la muerte de alguien cercano quedando sin resolver emocionalmente  el dolor por la muerte de un ser querido.
  • Falsas creencias o estereotipos. A veces la cultura en la que vivimos no habla de la muerte o no se nos educa adecuadamente ante ella, enmascarando su significado por lo que cuando llega la situación real no se gestiona de forma adecuada.

Estrategias para afrontar el miedo a la muerte

No es saludable vivir pensando en morir. Aunque morir es parte de nuestro ciclo vital no debe interferir en el resto de procesos vitales, más allá de la propia función biológica de su miedo como evitador del peligro. Es curioso ver como los ancianos más cercanos a la muerte son los que mejor saben hablar sobre la muerte, es como que el hecho de su cercanía naturaliza la interacción ante el hecho de morir. Tenemos mucho que aprender de nuestros mayores en este aspecto, que le restan importancia en muchas ocasiones. Algunas de las estrategias principales son: 

  1. Tomar conciencia. Como decíamos, nuestros mayores son conscientes de la existencia de la muerte y la naturalizan. Tomar conciencia de que la muerte es parte del proceso vital nos hará disfrutar más de la vida, porque la vamos a valorar mucho más. La muerte puede llegar rápido, pero la vida se puede disfrutar mejor si no se piensa en el momento de la misma, así exprimiremos mejor nuestras vidas.
  2. Buscar desencadenantes. Como sucede en todo tipo de ansiedades, encontrar los motivos que la causan para trabajar sobre ellos es parte fundamental para racionalizar lo que nos ha hecho llegar a esa fobia a la muerte.
  3. Hablar sobre la muerte. Como decíamos, la muerte suele ser un tema tabú. Se habla y educa poco sobre su momento, al igual que sucede con otros temas relativos a la misma como el suicidio. No es que sea un tema de gusto pero normalizar la muerte facilitará las cosas para entenderla, incluso utilizar el sarcasmo y el humor para intermediar con ella si hace falta, siempre y cuando se haga de forma inteligente. Hablar sobre cualquier tipo de miedo que tengamos, ya sea con un amigo, familiar o profesional ayudará a canalizar nuestro dolor interno, empatizar con él, liberar y gestionar nuestras emociones.

El miedo a la muerte no puede paralizar nuestras vidas. Si quieres saber más sobre este tema existen profesionales del sector de la muerte, que conocen la repercusión que tiene sobre las personas y su contexto. En el blog de Interfunerarias encontrarás más consejos a la hora de superar el miedo a la muerte con la experiencia de los profesionales del sector que te harán conocer y normalizar algo que nos acabará pasando a todos: la muerte.

Iván Pico

Director y creador de Psicopico.com. Psicólogo Colegiado G-5480 entre otras cosas. Diplomado en Ciencias Empresariales y Máster en Orientación Profesional. Máster en Psicología del Trabajo y Organizaciones. Posgrado en Psicología del Deporte entre otras cosas. Visita la sección "Sobre mí" para saber más. ¿Quieres una consulta personalizada? ¡Escríbeme!