Nuestra manera de ver el mundo afecta directamente a nuestro comportamiento humano. La percepción visual es el proceso por el cual interpretamos los estímulos del exterior en base de nuestra experiencia, estado emocional y condiciones del entorno tanto interno y como externo. Nuestras conductas estarán condicionadas a esta interpretación, que tiene por un lado un componente objetivo y por otro uno más subjetivos. Una de las variables que más pueden afectar a esta percepción es la fatiga visual acumulada por nuestros ojos.
Se denomina astenopia a la respuesta del ojo ante un sobresfuerzo muscular durante un largo periodo de tiempo, es lo que vulgarmente se llama fatiga ocular. Los síntomas más habituales son quemazón, enrojecimiento, ojos llorosos, una alta sensibilidad, así como problemas visuales para enfocar o vista borrosa. Además, es habitual también que aparezcan síntomas musculares como dolores cervicales o contracturas así como mareos o dolores de cabeza asociados a la fatiga visual. Estos síntomas se manifestarán de diversas formas en función de cada persona y situación.
Es importante para evitar esta incómoda sensación tener nuestra visión correctamente regulada a través de las gafas o lentillas lo más ajustadas a nuestras necesidades de visión y utilizar cuando esto sucede, y bajo la debido prescripción de un profesional, gotas para ojos que pueda aliviar esta sensación que afectará a nuestra concentración.
La causa más común es mantener la mirada fijada durante un largo periodo de tiempo sin parpadear, lo cual puede resecar el ojo con el consecuente cansancio. Algunas de las actividades que más fatiga nuestra vista es el trabajo constante ante una pantalla iluminada, la conducción o la lectura durante horas y bajo las condiciones inadecuadas de luz, distancia o postura. Esto unido a un mal uso de las gafas o lentillas correctoras contribuirá a tener esa molesta sensación de fatiga visual.
Una de las mejores formas de aliviar la fatiga ocular es la regla “20-20-20” que hace relación a que dada 20 minutos de concentración de la mirada, cambiar el punto de fijación de los ojos en otro punto que esté a unos 20 pies de distancia durante al menos 20 segundos. Esto nos será de gran utilidad sobre todo para aquellos casos relacionados con el trabajo ante la pantalla de un ordenador.
Es evidente que otro consejo para aliviar la fatiga ocular es parpadear, deberíamos parpadear al menos entre 18 y 25 veces por minuto, lo cual no sucede cuando estamos fijando la mirada ante el ordenador, como me está pasando a mi ahora mismo. Tenemos que evitar que el ojo se seque.
Además de mantener el parpadeo, podemos realizar también determinados ejercicios de nuestros músculos oculares realizando movimientos. Un ejercicio práctico es, realizar movimientos oculares mirando un dedo, manteniendo la cabeza fija. Podemos realizar movimientos horizontales siguiendo el dedo con la mirada de derecha a izquierda, realizando descansos para parpadear. Se puede hacer lo mismo de manera vertical o realizando círculos.
Cuando estamos ante la pantalla de un ordenador también deberíamos mantener una distancia entre la pantalla y el ojo de unos 60 centímetros y tener una buena iluminación de ambiente y no depender solo de la luz que emite la propia pantalla.
Como evitar la sequedad del ojo es fundamental, es conveniente que la calidad del aire sea la óptima, no es conveniente que nuestros ojos reciban aire seco directamente o humo, como puede ser el del tabaco. Utilizar un humidificador puede ser de gran ayuda en algunos casos. Cuando estamos conduciendo, tener mal regulado el sistema de climatización o la calefacción puede contribuir a que se sequen los ojos pro lo que es conveniente que el aire fresco también circule de vez en cuando.
Otra recomendación, es que a la hora de trabajar mantengamos todo lo necesario para el trabajo cerca de la pantalla para evitar demasiado movimientos oculares y cambiar constantemente el enfoque de nuestro ojo. Lo mismo sucede cuando conducimos, si estamos demasiado pendientes del cuadro de mandos, estamos obligando a nuestro ojo a reenfocar constantemente por lo que acumulará cansancio.
La fatiga visual acumulada puede ser un factor determinante en nuestro rendimiento laboral y concentración por lo que se debe tener muy en cuenta en cuanto nos empieza a afectar y consultar a un oftalmólogo en caso de no controlarse adecuadamente y antes de que desencadene en males mayores.