Salud

Primeros auxilios psicológicos: ¿qué hacer con los niños?

La aplicación de los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) supone un enorme beneficio para las personas o grupos que se han expuesto a un incidente crítico (accidentes, atentados, catástrofes naturales, pérdidas familiares, etc.) en las primeras 72 horas tras el impacto.

 

Las técnicas de primeros auxilios psicológicos se basan en estrategias con evidencias científicas y están destinadas a ayudar tanto a niños, adolescentes adultos como a familias afectadas por un mismo incidente crítico. No solo a las personas afectadas directamente sino también a los propios intervinientes en el incidente (bomberos, policías, etc.) y otros profesionales que trabajan con las personas afectadas (médicos, voluntarios, etc.).

El objetivo de esta primera intervención son reducir el nivel inicial de estrés causada por el evento traumático; fomentar la adaptación a corto, medio y largo plazo y fomentar estrategias de afrontamiento.

 

Primeros Auxilios Psicológicos (PAP): principios éticos.

  • Modelar respuestas saludables: actuar con calma, de forma amable, organizada y respetuosa.
  • Mantenerse visible y cercano, aunque sin invadir la privacidad.
  • Confidencialidad. Asegurarse de que la persona afectada esté en un ambiente de confidencialidad.
  • No excederse en las competencias propias de los PAP.
  • Cuando la persona esté muy afectada y sea necesario, referirla a otros centros o profesionales adicionales.
  • Si existe una coordinación en la aplicación de los PAP o se trabaja con otros profesionales o voluntarios atenerse a las indicaciones de ésta.
  • No olvidarse del propio autocuidado personal, físico y emocional.

 

Aplicación de los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP).

Antes de iniciar la aplicación de los PAP debemos algunas consideraciones iniciales:

  • Información: conocer el entorno donde se va a trabajar, el incidente y quien proporcional la asistencia y dónde. Tenemos que tener en cuenta que siempre que sea posible los PAP han de ser aplicados en un lugar confortable y fuera de la zona de impacto del incidente.
  • Coordinación: comunicarse con las personas autorizadas, servicios de emergencia y coordinarse con ellos.
  • Detección: identificar quién necesita la asistencia, prestar atención a como reaccionan las personas e interactúan con el entorno.
  • Agrupación: siempre que sea posible, trabajar con las familias y atender a grupos espontáneos.
  • Concentración: tu propio comportamiento puede influir en los demás. Demostrar calma y claridad de pensamiento.
  • Adaptación: existen diversas culturas, diversidades y necesidades especiales, sobre todo en poblaciones de riesgo.

 

Fases de aplicación de los Primeros Auxilios Psicológicos.

1. Establecer contacto y presentarse.

  • Presentarse de forma no intrusiva.
  • Explicar porqué nos hemos acercado.
  • Establecer el setting (confidencialidad, necesidades, cómo trabajamos…

 2. Alivio y Protección.

  • Cubrir necesidades vitales básicas.
  • Ayudar a la reagrupación familiar.
  • Especial atención a personas que tengan familiares fallecidos.

3. Contener, si es necesario.

  • Contención emocional.
  • Orientación temporal y espacial.

4. Recoger información (needs&worries).

  • Identificar las necesidades y preocupaciones inmediatas de la persona afectada.
  • Reunir información adicional sobre las personas afectadas, en especial sobre los acontecimientos vitales estresantes previos.

5. Asistencia práctica.

  • Explorar y analizar necesidades inmediatas.
  • Explicitar y reordenar necesidades.
  • Planificar necesidades y acciones a llevar a cabo.

6. Conectar con la red social de apoyo.

  • Fomentar la conexión con su red social de apoyo.
  • Ayudar a realizar las acciones de búsqueda necesarias.

7. Indicar pautas de afrontamiento.

  • Informar de las reacciones básicas de estrés esperables (físicas y psicológicas).
  • Dar pautas de comunicación de malas noticias a niños.
  • Enseñar técnicas básicas de relajación.
  • Dar pautas de higiene del sueño.
  • Normalizar sintomatología de estrés agudo.

8. Conectar con servicios externos.

  • Informar de tiempos aproximados para pedir ayuda a un especialista.
  • Dejar conectado con la red de salud pública o servicios análogos.
  • Reforzar el mantenimiento de un contacto adicional en caso de crisis.

Primeros Auxilios Psicológicos en niños.

En el caso de niños o niñas, atendiendo a su edad se seguirán los siguientes 5 pasos: contener, calmar, informar, normalizar y consolar. 

Entre 0 y 3 años

1. Contener

  • Intentar no separarse del niño/a.
  • Cogerle de las manos.
  • Reconducir las conductas de apego físico exagerado.
  • Conceder un espacio para el llanto o el grito de forma controlada.

2. Calmar

  • Ayudarle a relajarse.
  • Hacer que se sienta comprendido, querido y apoyado.
  • Facilitarle la liberación de energía nerviosa.
  • Con niños mayores de dos años ayudar a poner nombre a las emociones.

3. Informar

  • Intentar explicarle al niño o niña en un lenguaje adaptado a su edad cuál es la situación.
  • Utilizar frases cortas y  hacerle entender que no está solo y qué es lo que pasará a continuación.
  • No ocultarle información y no mentirle nunca.
  • Dile a menudo que le entiendes y que sabes que está triste y tiene miedo.

4. Normalizar

  • Establecer una rutina para ir a dormir adaptada a la situación.
  • No obligar a comer si no se tiene hambre.
  • Intenta realizar las comidas en un ambiente lo más relajado posible.
  • Establecer límites razonables para las rabietas.

5. Consolar

  • Procura hacer actividades positivas con el niño/a.
  • Intenta escuchar cuando el niño/a se intente comunicar contigo.
  • Permítele tener el control de cosas pequeñas.
  • Ayúdale a expresar sus sentimientos a través de actividades lúdicas.

Entre 3 y 6 años.

1. Contener

  • Asegurar la comodidad y descanso.
  • Muestras de cariño frecuentes.

2. Calmar

  • Hablarle en voz baja y suave.
  • Procurar actividades relajantes.
  • Tratar de distraer ela niño con elementos de su mundo imaginario.

3. Informar

  • Usar un lenguaje adecuado a su edad.
  • Explicar lo ocurrido de forma simple y honesta.
  • Tratar de responder a todas sus preguntas.
  • Explicar las diferencias entre los sueños y los miedos y la vida real.
  • Explicar el carácter permanente de la muerte y la tristeza que causa.

4. Normalizar

  • Poner nombre a las emociones.
  • Aparición de conductas agresivas.
  • Regresiones.

5. Consolar

  • Ayudarle a entender qué ha ocurrido.
  • Mantener las rutinas familiares.
  • Permitirle que realice tareas productivas.
  • No obligarlo a hablar.
  • Permitirle que participe en rituales de duelo culturales y religiosos.

Entre 6 a 9 años.

1. Contener

  • Tratar que las emociones no se desborden.
  • Lograr un equilibrio entre la ventilación emocional y el control racional.
  • Recoger siempre los miedos y las fantasías, pero responder desde el nivel cognitivo.

2. Calmar

  • Hablar en voz baja y pausada.
  • Ofrecer motivos y razones que le ayuden a tranquilizarse.
  • Recordar alguna situación previa, en la que el niño pudo controlar sus miedos.
  • No decir nunca que si se calma, todo irá mejor. Posiblemente eso no sea verdad.

3. Informar

  • Utilizar palabras y explicaciones simples.
  • Responder a todas sus preguntas.
  • No dar más información de la que nos pide el niño. Si quiere saber más, ya nos lo preguntará.
  • Averiguar qué sabe el niño: posiblemente haya oído informaciones a medias que le asusten, porque no las comprende.
  • Si no quiere saber nada, estará evitando el dolor. Es importante retomar el tema al día siguiente.
  • Si el incidente ha comportado la muerte de alguien, abordar el tema de forma directa, sin rodeos.

4. Normalizar

  • Ayudar al niño a expresar cómo se siente, poniendo nombre a sus sensaciones.
  • Animarle a expresarse, pero sin forzarle a ello.
  • Tampoco obligarle a hablar.
  • Si reacciona con irritabilidad, en lugar de ignorarlo, comentarle suavemente que entendemos que esté enfadado, pero que poco a poco tiene que tratar de no estarlo.

5. Consolar.

  • Permitirle participar en los rituales de despedida.
  • Animar al niño a dibujar y/o jugar acerca de lo ocurrido.
  • Permitirle volver a la escuela y a las actividades habituales.
  • Fomentar su vida social.

Entre de 9 a 12 años.

1. Contener

  • Tratar que las emociones no se desborden.
  • Lograr un equilibrio entre la ventilación emocional y el control racional.
  • Dejar cierto espacio para que puedan estar solos (a esta edad suelen comenzar a avergonzarse de las emociones), pero no excesivo.

2. Calmar

  • Hablar en voz pausada y serena.
  • Ofrecer motivos y razones que le ayuden a tranquilizarse.
  • Recordar alguna situación previa, en la que pudo controlar sus miedos.
  • Permitirle distraerse viendo la televisión, jugando con amigos, etc.

3. Informar

  • Usar un lenguaje adulto, pero sencillo.
  • Responder con claridad y sin evasivas a sus preguntas.
  • No dar más información de la que se nos pide, pero invitar a formular más preguntas.
  • Si no quiere saber nada, estará evitando el dolor. Es importante retomar el tema al día siguiente.
  • Si el incidente ha comportado la muerte de alguien, abordar el tema de forma directa, sin rodeos.

4. Normalizar

  • Animar al preadolescente a expresarse, pero sin forzarle a ello.
  • Tampoco obligarle a hablar: posiblemente prefiera estar con amigos.
  • Explicarle que hay muchas formas de estar triste y de “llorar sin lágrimas” y que a veces el mal humor es una de ellas.
  • Explicarle que no es necesario estar triste todo el tiempo, si ha habido una muerte en la familia.

5. Consolar

  • Permitirle participar en los rituales de despedida.
  • Animarle a explorar qué actividades les ayudan a estar mejor y a realizarlas.
  • Permitirle volver a la escuela y a las actividades habituales.
  • Fomentar el contacto y el tiempo con su grupo de iguales.

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Referencias: 

National Child Traumatic Strees Network | Guía en Español de la NCTSN

Curso gratuito sobre PAP de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Centro de Crisis de Barcelona.

Iván Pico

Director y creador de Psicopico.com. Psicólogo Colegiado G-5480 entre otras cosas. Diplomado en Ciencias Empresariales y Máster en Orientación Profesional. Máster en Psicología del Trabajo y Organizaciones. Posgrado en Psicología del Deporte entre otras cosas. Visita la sección "Sobre mí" para saber más. ¿Quieres una consulta personalizada? ¡Escríbeme!

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