Sexualidad Social

Motivación sexual: estímulos que incitan al sexo

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La conducta sexual es parte de las llamadas motivaciones primarias cuya principal función es la reproducción, aunque el sexo también cumple funciones como mitigador de la ansiedad, la reafirmación de la identidad de género. La evolución humana lo ha dotado de una contingencia extremadamente placentera para asegurarse la supervivencia de la especie.

Sin embargo, el placer que supone la práctica sexual junto con los componentes culturales y sociales que el sexo ha tenido a lo largo de la historia, lo ha apartado ligeramente de su función exclusivamente reproductiva.  Disfrutar del sexo conlleva una gran experiencia positiva y nuestro sistema de recompensa cerebral se activa exponencialmente inundándose de dopamina por lo que cada vez querremos más y mejor sexo para satisfacer nuestra necesidad de recompensa a través del placer sexual.

La necesidad.  Esa es la clave de todo proceso motivacional. El cerebro se ha encargado de crear la necesidad sexual y nuestra cultura y evolución como especie la ha potenciado. Cuando se crea una necesidad y se nos priva de ella se genera una corriente de impulsos para poder satisfacerla, los impulsos sexuales en este caso, que nos llevarán a intentar realizar la conducta motivada y reducir nuestro estado de necesidad. A esta consecuencia obtenida se le llama incentivo, segundo factor más importante en la motivación. El placer del sexo es suficiente incentivo para reactivar el ciclo motivacional.

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Secuencia entre la necesidad sexual y la motivación.

Estímulos que incitan al sexo.

¿Qué nos atrae a tener sexo? Los estímulos. Como en toda conducta nos movemos por estímulos, condicionados o incondicionados, con lo cual saber diferenciar y potenciar aquellos que inciten a la conducta sexual será la mayor garantía de éxito en el sexo.

A continuación exponemos algunos de los factores o estímulos que más influyen en la atracción sexual.

Estímulos visuales y auditivos.

La mayor parte de la información nos entra por los ojos, eso es así. Con lo cual nos tiene que gustar lo que vemos. El cánon de belleza física ha ido evolucionando y variando a lo largo de los tiempos, por lo que en gran medida ha sido condicionado culturalmente. Sin embargo, sigue existiendo cierto patrón físico implementado en nuestro cerebro que sirve de guía para elegir a la mejor pareja sexual. Este patrón no tiene que ser igual para todos, ya que será formado por la interacción genes-ambiente de cada persona. Al igual que no te comes algo que ves que puede estar malo, tu motivación sexual por algo que no gusta será de rechazo.

Dentro de los estímulos visuales podemos incluir la conducta gestual y motora de la otra persona. La forma de moverse, de mirar, de sonreir, el tono de la voz, etc. En definitiva el lenguaje corporal puede dar grandes pistas de manera inconsciente sobre la personalidad. Evidentemente, si vemos que una persona interacciona con nosotros de manera afectiva, es más probable que tenga cierto interés. Eso sí, con precaución para no confundir los estímulos contextuales con los sexuales, porque cada persona puede estar motivada de forma diferente.

Otro estímulo visual a tener en cuenta, es la propia imagen y cuidado personal. La forma de vestirse o peinarse funcionan como estímulos discriminativos de nuestras preferencias sexuales.

En general, la respuesta sexual suele ser mayor ante estímulos visuales en los hombres mientras que en las mujeres estas diferencias se reducen respecto a los auditivos, como las palabras.

Estímulos olfativos: feromonas.

Seguramente hayas hablado de las feromonas. Las feromonas son las sustancias químicas segregadas de forma natural a través del sudor, la orina o la saliva y que son capaces de enviar señales a otro cerebro receptor a modo de sistema de comunicación,  entre otras funciones se encuentra también la de servir de sistema de atracción sexual.  Detrás de las orejas, en el pecho o las axilas son algunos de los lugares en los que se concentra más cantidad de feromonas.

La persona receptora recibe esta información a través del órgano vomeronasal que se comunica con el hipotálamo, el cual ordenará modificar el estado de ánimo, el ritmo cardíaco o la temperatura en busca de un cambio emocional acorde con su grado de reciprocidad. Es decir, tus feromonas han de ser receptivas con contenido sexual por la otra persona para que funcionen correctamente.

Los perfumes y colonias sirven también de estímulo discriminativo ya que su olor agradable son indicador de un buen cuidado personal, por lo que si consigues encontrar el perfume con feromonas más compatible con tu pareja objetivo, sumarás muchos puntos de cara a la conquista sexual.  Las feromonas sintéticas funcionan de la misma forma que las naturales, por lo que sirven para potenciar ese medio de comunicación sexual.

Además, una cierta predisposición es en gran medida necesaria para que las feromonas sirvan de impulso sexual, por lo que si ya tienes pareja puede ser un buen método para reavivar el sexo. Ten en cuenta que cada feromona sexual humana es específica para cada sexo, con lo cual también lo son para las orientaciones sexuales.

Atractivo psicológico.

Son muchos los determinantes psicológicos que influyen en la motivación sexual:

  • Factores cognitivos (procesos atencionales, memoria semántica sexual, aptitudes, coeficiente intelectual, etc.) que varían entre hombres y mujeres.
  • El aprendizaje e interacción social, donde tiene cabida aspectos como el estatus social o las formas aprendidas para llevar a cabo una interacción sexual.
  • Personalidad y estado emocional. Las personas extrovertidas tienen mayor facilidad para la interacción social por lo que aumentan sus posibilidades sexuales. Un grado de neuroticismo bajo también favorece un conducta sexual más adaptada. Los estados de ánimo percibidos también influyen: el miedo, la ansiedad, la ira o la depresión podrían deteriorar la conducta sexual.

¿Y a tí qué es lo que más te motiva para practicar sexo?

Fuentes:

Del Abril Alonso, A ; Ambrosio Flores, E ; De Blas Calleja, M.R. ; Caminero Gómez, A. ; García Lecumberri, C. ; Higuera Matas, A. ; De Pablo González, J.M. (2016). Fundamentos de psicobiología. Madrid: Sanz y Torres.

M. T. Sanz, F. J. Menéndez, M. P. Rivero y M. Conde (2013). Psicología de la Motivación: Teoría y práctica.Madrid: Editorial Sanz y Torres.

 

Iván Pico

Director y creador de Psicopico.com. Psicólogo Colegiado G-5480 entre otras cosas. Diplomado en Ciencias Empresariales y Máster en Orientación Profesional. Máster en Psicología del Trabajo y Organizaciones. Posgrado en Psicología del Deporte entre otras cosas. Visita la sección "Sobre mí" para saber más. ¿Quieres una consulta personalizada? ¡Escríbeme!

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