El miedo a fracasar es parte importante del miedo a lo desconocido (Dyer, 1976). Antes de dar paso a ejemplos de miedo a lo desconocido explicaremos una de sus causas: el perfeccionismo. El miedo al fracaso es muy común en las personas perfeccionistas, que tienden a pensar en objetivos muy altos y a veces poco realistas. En ocasiones, esto puede llegar a incapacitar a la persona, a que ese objetivo se quede solo en un pensamiento frustrado. El propio perfeccionismo los paraliza ante el miedo a no ser capaz de realizar la actividad propuesta al nivel deseado. Sin embargo, lo importante es iniciar el camino y no hacerlo perfecto. En lo desconocido está el descubrimiento.
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Perfeccionismo inmovilizante.
Una de las principales causas del perfeccionismo inmovilizante, además de la genética, es haber crecido en un ambiente en el que se valoraban más los logros que las cualidades personales. El fracaso era visto con grandes consecuencias negativas que se debería evitar, por muy pequeño que fuese. Puede ser el caso de aquellos padres que llegan a regañar a sus hijos por el hecho de haber sacado un 9 en vez de un 10 en un examen, sin valorar otro tipo de circunstancias o el propio esfuerzo realizado. En estos casos, la autoestima se puede ver afectada y podrá terminar convirtiéndose en una autoestima extrínseca, es decir, supeditada a la aprobación de los demás.
Las altas expectativas generadas en el entorno familiar (hermanos con éxito; padres exitosos, exigentes y autoritarios; incluso elogios constantes que provocarán una baja tolerancia al fracaso, etc.) generarán una serie de miedos en la persona que lo paralizará a la hora de acometer cualquier tipo de acto, a veces por muy sencillo que parezca y lo mantendrá en su zona cómoda de realización, en su zona de confort. Eso sí, una cosa es estar inmovilizado y otra cosa es que los pensamientos perfeccionistas sigan dentro de sus cabezas, lo cual generará una gran frustración, impotencia y miedo al fracaso irracional. Se desarrollarán una serie de distorsiones cognitivas que harán ver el mundo desde una perspectiva poco real, como el catastrofismo o el pensamiento dicotómico.
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24 Ejemplos y soluciones para el miedo a lo desconocido.
1. Comer siempre el mismo tipo de comida
. ¿Por qué no pides hoy para comer en el chino?
2. Vestirse siempre igual. Prueba a cambiar de estilo de ropa alguna vez.
3. Escuchar siempre el mismo estilo de música o ver películas similares. Si no te molestas en conocer otras formas de arte, tampoco las podrás criticar, no tengas miedo a salirte de lo convencional.
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4. Vivir siempre en el mismo barrio o ciudad porque los padres así lo eligieron en su día. Solemos tener miedo a cambiar nuestro hábitat, pero creo que es recomendable para todo el mundo hacerlo alguna vez para adquirir autonomía.
5. Leer siempre el mismo periódico, con las mismas opiniones. Este punto lo puede resumir en un vídeo sobre la cámara de eco que subí hace poco a Facebook.
6. Miedo a realizar alguna actividad desconocida por pensar que lo vas a hacer mal. Por ejemplo, podrías apuntarte a clases de yoga o de algún deporte. Piensa que la mayoría de la gente empieza como tú, sin saber. Nadie nace aprendido.
7. Miedo a viajar solo. Recomendable, fortalece la autonomía. Empieza por un viaje pequeño, aunque sea a una montaña cercana, una playa, etc.
8. No pedir consejos o ayuda por miedo a sentirse inferior. Suele pasar que vamos de fuertes y de sabelotodos. El compartir debilidades te hará más fuerte, porque aprenderás nuevas habilidades.
9. Miedo a ir al cine solo. Aprovecha el punto 3 y ve a ver una película que no le gusta a ninguno de tus amigos al cine, solo. Si ves películas en casa solo en el cine es lo mismo pero con una pantalla gigante y mejor sonido, ¿cuál es el problema?.
10. Ir siempre a tomar el café al mismo bar. Existen estudios científicos que dicen que ir al mismo bar es bueno para la salud, no obstante, en ocasiones vas por inercia. Prueba otros bares, si no vas no sabes si te tratarán mejor o peor.
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11. Ir siempre por el mismo camino al trabajo (o a cualquier otro sitio). Intenta ser creativo en tus desplazamientos, conocerás nuevos lugares o quizás una tienda de ropa nueva y te apetezca entrar, quizás surja buen momento para aplicar el punto 2.
12. Conformarse con un empleo seguro aunque no te guste demasiado. Esto es muy típico. Dada la crisis económica, hasta es normal tener miedo al cambio, por la inestabilidad que puede suponer, pero al menos puedes presentarte a entrevistas de nuevos trabajos y a partir de ahí decidir el cambio.
13. Ir siempre de vacaciones al mismo sitio. Es parecido al punto 4. Sin embargo, conocer nuevos lugares es una experiencia única. Planificar un nuevo destino de viaje es motivador y apasionante, incluso a veces más que el propio viaje.
14. Evitar personas que califiques como desviada de la media. Por ejemplo, evitar a personas de otras religiones, razas, etc. Intenta corregir estos prejuicios negativos.
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15. Miedo a pedir en supermercados, cafeterías, etc., desconocidas por miedo a no hacerlo correctamente. Por ejemplo, hay gente que le da miedo pedir en la carnicería porque desconoce cómo hacerlo. Te aseguro que el carnicero te ayudará en tu elección. Sin embargo, la gente adulta suele tener miedo a parecer tonto en situaciones tan cotidianas.
16. Solo hacer lo que se sabe hacer bien, para evitar hacer el ridículo. Como por ejemplo hablar siempre del mismo tema, jugar siempre al mismo deporte, etc. Claro, así te autorrefuerzas. Pero, ¿de qué sirve hacer siempre lo mismo? Intenta empezar a hablar sobre un tema del que acabas de empezar a leer o practicar sin tener demasiada idea. Es probable que el resto de gente tampoco sepa de qué va el tema por lo que estáis a la misma altura. Si alguno de los receptores de la información sabe más que tú del tema, adquiriendo así mayor conocimiento, Aprender no es malo y no tienes que saber de todo.
17. Dificultad para alterar los planes. Las cosas no siguen un patrón estándar universal. No pasa nada por salirse de lo planeado en algunas ocasiones. Intenta por ejemplo realizar alguna actividad no planificada, o que esté mal de forma deliberada, por ejemplo entregar un trabajo sin estar bien terminado. No vas a ser peor persona. De hecho, lo más normal será que puedas rectificarlo posteriormente si es necesario. Otro ejemplo práctico es entrar en una tienda de ropa, probarte un montón de ropa y salir sin sentirte culpable por no haber comprado nada.
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18. No llamar por teléfono. A veces tenemos miedo a una posible conversación, a no saber como será, por miedo a que no sea lo deseado. Llama a esa persona de la que quieres saber algo más. Lo más probable es que a tu primer “Hola”, conteste con otro “Hola”. Y si no contesta, ya lo hará.
19. Sexo sin imaginación. Sé creativo, prueba nuevas posiciones, lugares, etc.
20. Quedar siempre con el mismo grupo de amigos, evitar conocer gente con otras formas de ver el mundo. Quizás sea momento de llamar a aquellos amigos de la infancia para tomar un café o quedar con la gente del equipo o incluso del trabajo, quizás te aporten otras visiones. Tendrás tiempo, si quieres, para quedar con todos, ya sea de una forma u otra.
21. No atreverse a participar en una conversación con gente extraña por miedo al qué dirán. A veces nos inmovilizamos en las conversaciones porque pensamos que los demás son más inteligentes o mejores conversadores que nosotros cuando no tiene porqué ser así, simplemente nos quedamos en nuestra zona de seguridad y miedo. Intenta mantener una conversación con un desconocido, sin motivo aparente. Es probable que la otra persona también quiera hablar y fluya conversación, sino quiere hablar no te culpes por ello porque simplemente es que no quiere hablar y no tiene que darte explicaciones.
22. Autoculparse por no triunfar en todo lo que haces. Los mayores avances de la historia provienen de errores. Del éxito no se aprende, solo se aprende del fracaso.
23. Realizar actividades solo con aprobación de los demás. No tienes que darle explicaciones a nadie por hacer lo que te apetece. Es parte de tus derechos asertivos básicos.
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24. Tener miedo a ir al psicólogo. A veces las personas no van al psicólogo porque tienen miedo a conocer la verdad, a afrontar la realidad. Si tienes miedos que te incapacitan para conseguir tus metas reales, o te sientes bloqueado, no dudes en consultar con un psicólogo. Somos personas normales, como tú.
Y tú, ¿tienes miedo a lo desconocido?
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Referencias:
Dyer, Wayne W. (1976). Your erroneuous zones. Fuck & Wagnalis, Nueva York.
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