La inteligencia se puede definir como la capacidad de adquirir conocimientos o entendimientos y de utilizarlos en situaciones novedosas, además influye en ella aspectos como la curiosidad, el nivel de adaptación, el razonamiento, solución de problemas, atención, memoria, el análisis de situaciones o la visualización.
Estas capacidades son necesarias para la vida diaria, donde las personas tienen que analizar o asumir nuevas informaciones mentales y sensoriales con el objetivo de dirigir sus acciones a unas metas determinadas. No obstante, todavía no se conoce de forma exacta como se interrelacionan y combinan estas capacidades para formar ese complejo colectivo que llamamos inteligencia.
Howard Gardner (nacido en 1943), es un neuropsicólogo y educador de la Universidad de Harvard, el cual presentó su teoría sobre la inteligencia en su libro, Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences en el año 1993. Gardner redefine el término inteligencia: la define como la capacidad para resolver problemas cotidianos, para generar nuevos problemas, para crear productos o para ofrecer servicios dentro del propio ámbito cultural.
La importancia de la definición de Gardner es doble:
- Amplía el campo de lo que es la inteligencia y reconoce que la brillantez académica no lo es todo. A la hora de desenvolvernos en esta vida, no basta con tener un gran expediente académico. Triunfar en los negocios o en los deportes requiere ser inteligente, pero en cada campo utilizaremos un tipo de inteligencia diferente, ni peor ni mejor, simplemente distinto.
- Define la inteligencia como una capacidad, la convierte en una destreza que se puede desarrollar.
La palabra operativa desde el punto de vista de las inteligencias es “múltiple”; derivándose este término de las investigaciones hechas por Gardner en neuropsicología que sugieren la presencia de zonas en el cerebro humano que corresponden, al menos de modo aproximado, a determinados espacios de cognición.
En las investigaciones neuropsicológicas de Gardner se sugiere la presencia de zonas en el cerebro humano que corresponden a determinados espacios de cognición, al menos aproximadamente. De este hecho, la palabra que surge para definir los diferentes tipos de inteligencias es “múltiples“: inteligencias múltiples.
>> Artículo relacionado: ¿Qué es la inteligencia emocional? Definición histórica.
Los 8 tipos de inteligencias múltiples de Gardner.
Es complejo definir claramente cuáles son las zonas del cerebro de cada inteligencia pero sí existe cierto consenso sobre que cada una de ellas puede expresar una forma diferente de inteligencia. Así, Gardner diferenció entre 8 tipos de inteligencias múltiples:
- Inteligencia lógico-matemática. Es la capacidad para usar los números de manera efectiva y de razonar adecuadamente. Incluye la sensibilidad a los esquemas y relaciones lógicas, las afirmaciones y las proposiciones, las funciones y otras abstracciones relacionadas. Se corresponde con el modo de pensamiento del hemisferio lógico y con lo que la cultura occidental ha considerado siempre como la única inteligencia.
- Inteligencia lingüística. Es la capacidad de usar las palabras de manera efectiva, en forma oral o escrita. Incluye la habilidad en el uso de la sintaxis, la fonética, la semántica y los usos pragmáticos del lenguaje (la retórica, la mnemónica, la explicación y el metalenguaje). Utiliza ambos hemisferios.
- Inteligencia corporal-kinestésica. Es la capacidad para usar todo el cuerpo en la expresión de ideas y sentimientos, y la facilidad en el uso de las manos para transformar elementos. Incluye habilidades de coordinación, destreza, equilibrio, flexibilidad, fuerza y velocidad, como así también la capacidad kinestésica y la percepción de medidas y volúmenes. Así como también es la capacidad de utilizar el propio cuerpo para realizar actividades o resolver problemas.
- Inteligencia espacial. Es la capacidad de pensar en tres dimensiones. Permite percibir imágenes externas e internas, recrearlas, transformarlas o modificarlas, recorrer el espacio o hacer que los objetos lo recorran y producir o decodificar información gráfica. Consiste en formar un modelo mental del mundo en tres dimensiones.
- Inteligencia musical. La inteligencia musical es la capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresar las formas musicales. Incluye la sensibilidad al ritmo, al tono y al timbre.
- Inteligencia naturalista. Es la capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente, objetos, animales o plantas. Tanto del ambiente urbano como suburbano o rural. Incluye las habilidades de observación, experimentación, reflexión y cuestionamiento de nuestro entorno.
- Inteligencia intrapersonal. Es la capacidad de construir una percepción precisa respecto de sí mismo y de organizar y dirigir su propia vida. Incluye la autodisciplina, la auto comprensión y la autoestima.
- Inteligencia interpersonal. Se basa en la capacidad de percibir diferencias en los demás, particularmente contrastados en sus estados de ánimo, sus motivaciones, sus intenciones y su temperamento.
Las ocho inteligencias se usan en mayor o menor medida, es decir no hay un tipo puro y único, ya que en caso de existir no podríamos funcionar como seres humanos.
De los ocho tipos de inteligencias múltiples de los que nos habla Howard Gardner, dos se refieren a nuestra capacidad de comprender las emociones humanas: la interpersonal y la intrapersonal por lo que merecen una mención especial.
Inteligencia Intrapersonal
Como ya se dijo, es la capacidad de construir una percepción precisa respecto de sí mismo y de organizar y dirigir su propia vida. Incluye la autodisciplina, la auto comprensión y la autoestima. Nos permite formar un modelo preciso y verídico de nosotros mismos así como utilizar ese modelo de manera eficiente en nuestras vidas.
La inteligencia intrapersonal se fundamenta en tres capacidades principales:
- La capacidad de percibir las propias emociones: conocer y controlar nuestras emociones es imprescindible para poder llevar una vida satisfactoria. Sin sentir emociones es imposible tomar decisiones. Para conocer y controlar nuestras emociones existen tres pasos: 1º Darnos cuenta cuando las sentimos; 2º Aprender a identificarlas y diferenciarlas; 3º evaluar su intensidad.
- La capacidad de controlar las propias emociones: una vez detectadas hay que controlarlas. Controlar nuestros sentimientos implica, una vez que los hemos detectado e identificado, ser capaces de reflexionar sobre los mismos. Distintas causas necesitarán distintas respuestas y, el mero hecho de reflexionar sobre el origen de mi reacción, me ayuda a controlarla.
- La capacidad de motivarse a uno mismo: Es lo que nos permite hacer un esfuerzo (físico o mental), no porque nos obliguen, sino porque queremos hacerlo. Por tanto, para desarrollar la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, primero tenemos que aprender a fijar los objetivos que queremos conseguir.
Un objetivo no es lo mismo que un deseo. Los objetivos son los resultados que queremos conseguir como consecuencia de nuestra actividad. Una vez que tengamos nuestro objetivo necesitamos un plan de acción, saber los pasos a dar incluye conocer nuestros puntos fuertes y débiles, saber cuándo necesitamos ayuda y cuándo no. Es decir, formar un modelo mental verídico, de uno mismo.
Inteligencia Interpersonal
Se basa en la capacidad de percibir diferencias en los demás, particularmente contrastados en sus estados de ánimo, sus motivaciones, sus intenciones y su temperamento.
Dos son las capacidades en las que se basa la inteligencia interpersonal:
- La empatía: es el conjunto de capacidades que permiten reconocer y entender las emociones de los demás, sus motivaciones y las razones que explican su comportamiento. Se construye sobre la conciencia de uno mismo. Cuanto más abiertos se está a las propias emociones, más hábil será interpretar los sentimientos. Para poder entender al otro y entrar en su mundo hay que aprender a ponerse en su lugar, aprender a pensar como él. Con lo cual, la empatía sí presupone una suspensión temporal del propio mundo, de la propia manera de ver las cosas. Una de las habilidades básicas para entender al otro es la de saber escuchar. Aprender a estuchar supone enfocar toda la atención hacia el otro y dejar de pensar en lo que se quiere decir o en lo que se podría hacer.
- La capacidad de manejar las relaciones interpersonales: cuando se entiende al otro, su manera de pensar, sus motivaciones y sus sentimientos, se puede elegir la manera más adecuada de presentar nuestro mensaje. Una misma cosa se puede decir de muchas maneras. Saber elegir la manera adecuada y el momento justo es la marca del gran comunicador. La capacidad de comunicarse es la que permite organizar grupos, negociar y establecer conexiones personales.
>> Artículo relacionado: Comunicación no violenta
Extra: Inteligencia Emocional
La inteligencia emocional combina cognición y afecto, estados de la mente, haciéndonos ver que son inseparables y actúan de forma conjunta en nuestra vida.
>> Artículo relacionado: La rueda de las emociones, de Plutchik
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Referencias:
Excelente artículo. Éxitos. Saludos.
¡Gracias por el comentario!
Muy buena información, me ayudó mucho, mil gracias!!
¡Muchas gracias Iván! Me alegra saberlo.
Muy buena información, aunque aún no está muy extendida esta idea de los 8 tipos de inteligencia, y erróneamente aún creemos que la única inteligencia es la lógica matemática y la única que se potencia y trabaja en algunas escuelas. Las personas desarrollamos mas unas inteligencias que otras, inteligencias diferentes y no por ello peores. Creo imprescindible trabajar las inteligencia intra e interpersonal pues tiene que ver con las emociones, cómo nos sentimos y cómo nos relacionamos con los demás ¿No creéis?
Hola Julia.
Sin duda, la inteligencia emocional debería ser una asignatura más de nuestras escuelas 🙂
Gracias por el comentario.
Un saludo,
Iván Pico
Psicólogo Online
Tal como indicas en el artículo, hoy también también existe el concepto de inteligencia emocional y es que las inteligencias intrapersonal e interpersonal están bastante ligadas. No podría existir una sin la presencia de la otra. Sin importar si la persona sea buena o mala. Porque podría haber ambos casos de personas que se conocen bien así mismas como para hacer el bien y también aquellas que se conocen bien a sí misma pero para hacer el mal. Muy buen artículo. Saludos