Las emociones implican una gran actividad mental y orgánica, por tanto son comparables a fuentes de energía que se traduce en impulsos para indicar lo que sucede a nuestro alrededor. Esta energía emocional podemos decir que es como la electricidad, cuyos impulsos nos motivan, que nos mueven, que nos informan y mantienen alerta de cara a dar respuesta a los estímulos, nos preparan ante diversas situaciones con el objetivo de adaptarnos a las mismas.
La energía emocional, fuente de energía renovable.
Como todo esfuerzo energético, tiene sus límites y se agota, la fortuna es que es capaz de regenerarse. Podríamos decir que la energía emocional es una fuente de energía renovable. Como el viento, como el mar, como el sol, solo necesita de las herramientas y condiciones necesarias para producir de nuevo energía, ya sea positiva o negativa.
Cuanto más cansados nos encontramos más deprimidos nos sentimos, más problemas encontramos donde no los había y más irritados nos ponemos. La energía emocional está con el depósito en la reserva. Las personas no tenemos un chivato de la gasolina, como los coche, que nos avise cuando el combustible emocional se acaba. Lo que sí podemos hacer es desarrollar nuestra inteligencia emocional para aprender a controlar cuando debemos echarle gasolina de nuevo al depósito de las emociones y así evitar quedarnos tirados en medio del camino.
>> Artículo relacionado: La teoría de las inteligencias múltiples, de Gardner.
Es importante saber controlar nuestras emociones para guiar la energía que liberan y la tensión que producen, y así evitar que que nuestra capacidad de vigilancia, nuestro rendimiento cognitivo y nuestro bienestar personal e interpersonal se vea afectado por la falta de combustible en el depósito de las emociones.
Recargando nuestra batería de energía emocional.
¿Cuál es la herramienta que usas para cargar de batería tu teléfono móvil? El cargador. Pues, al igual que para cargar el móvil tenemos una herramienta, para controlar nuestra energía emocional disponemos de la inteligencia emocional, que por fortuna se puede desarrollar a lo largo de toda la vida.
Conocer nuestra inteligencia emocional exige capacidad de autoobservación. Nuestro estado de ánimo se ve influido por la energía y la tensión que se generan procedentes del uso constante de nuestras emociones que tratan de dar respuesta a todos los estímulos que nos llegan. Normalmente, estas sensaciones son de poca intensidad pero cuando el estímulo que las provoca es lo suficientemente intenso puede llegar a abrumarnos y bloquearnos. Los estados de ánimo nos mueven a echar esa gasolina que nos falta y regular la tensión, pero debemos aprender a controlar cómo hacerlo porque un coche a gasolina no funcionará con gasolina.
>> Artículo relacionado: Alexitimia: cuando no somos capaces de expresar las emociones.
A veces hay que gastar la energía, otras veces recargarla y otras regularla. Por ejemplo, cuando nos encontramos deprimidos podemos sentir la necesidad de que alguien de confianza nos consuele o anime. Sin embargo, en estas situaciones es muy común que la falta de control de la energía nos haga difícil separar las sensaciones corporales (cansado, hambriento…), de las cognitivas (nervioso, distraído…) y de las propias emociones (frustrado, ansioso, irascible…). No existe autorregulación.
>> Artículo relacionado: La rueda de las emociones, de Robert Plutchik.
Estados básicos de la energía y tensión.
El psicólogo americano, Robert E. Thayer (1935-2014) estudió en profundidad los estados de ánimo desde una perspectiva biopsicológica. Thayer identificó cuatro tipos de estados básicos de energía y tensión que pueden favorecer o alterar nuestra inteligencia emocional. Dos de ellos pueden influir negativamente en nuestro rendimiento y bienestar personal: energía tensa y cansancio tenso; mientras que los otros dos pueden servirnos para fortalecernos y mejorar nuestra competencia: energía tranquila y cansancio tranquilo.
>> Artículo relacionado: Sé lo que es: 50 cosas que solo saben las personas con depresión.
Energía tensa.
Alta tensión y alta energía. Es un estado de ánimo que se caracteriza por una sensación de excitación agradable y de poder. La energía física es elevada incluso cuando la tensión y cansancio también lo son. En este estado, la persona tienden a esforzarse por conseguir lo que se propone pero sin reflexionar en lo que hace. La tensión física puede provocar la pérdida de atención a otras necesidades, propias y de los demás y terminar por llegar a un estado de agotamiento total.
Cuando nos sentimos enfrascados dentro de un proyecto o trabajo y no paramos ni para comer, ni dormir, dejando de lado otras obligaciones quizás más importantes.
>> Artículos relacionados: Karoshi: cuando el trabajo te mata | Workaholism, adicción al trabajo
Energía tranquila.
Baja tensión y alta energía. Predomina la serenidad y la sensación de dominio sobre nosotros. La tensión no existe y nos embarga el optimismo, las sensaciones corporales agradables y nos sentimos vigorosos, con plenitud y bienestar. En este estado tenemos las reservas de energía al tope, tanto a nivel mental como físico por lo que nuestras capacidades aumenta, estamos más vitales y creativos.
Podríamos decir que es lo más parecido a lo que, en psicología organizacional, se conoce como estado de flow.
Cansancio tenso.
Alta tensión y baja energía. Sensación de cansancio general, sentimientos de fatiga, desánimo, nerviosismo capaces de mermar nuestra autoestima y hacernos sentir incapaces en nuestras labores. El cuerpo y la mente nos piden un descanso a lo largo del día, que si no se lo damos nos hará pasar una mala noche.
Aquellos casos en los que tu agenda diaria está hasta arriba de tareas, las cuales no son todas de tu devoción, y llegas a casa con las pilas descargadas. Sin embargo, no llegas a llenar tu batería y al día siguiente has de empezar el día de nuevo sin haberte recargado ni mental ni físicamente.
Cansancio tranquilo.
Baja tensión y baja energía. En este caso, el cansancio es agradable, relajado. Es el momento en el que te puedes permitir descansar con la conciencia tranquila. Cuando llegas a casa después de un largo, pero productivo día de trabajo y te echas en el sofá a ver tu serie favorita.
Parece obvio decir que lo que tenemos que fomentar son los estados de energía tranquila y cansancio tranquilo, intentado que los estados tensos sean mínimos a lo largo de todo el día. Conseguir cuadrar nuestra ecuación emocional a algo parecido a esto:
(Tranquilidad x Energía) – (Tensión x Cansancio) = Motivación.
Durante el día para los móviles tenemos baterías externas para cargarlos, ¿cuál es tu batería externa de carga de energía emocional?
_Referencias:Cooper R. K y Sawaf A(1998) Emotional Intelligence in Leadership & Organizations. Nueva York: Grosset/PutnamThayer R.E. (1989). The Biopsychology of Mood and Arousal. Nueva York: Oxford University Press.Thayer R.E. (2001). Calm Energy. Nueva York: Oxford University Press.
Gracias, Ivan te felicito por tu claridad, GRACIAS!!!!!
¡Muchas gracias! Los halagos también cargan las baterías emocionales 🙂