El deporte y la psicología: toda la información sobre salud mental y psicología deportiva

Psicología deportiva y neurobiología de la actividad física

El deporte ha sido siempre un aliado de la salud mental. Desde las primeras técnicas de rehabilitación que incluían ejercicios de socialización, hasta la llegada de las terapias modernas ha pasado mucha agua bajo el puente. Estas terapias suelen conjugar diferentes tipos de deporte con determinados problemas en salud mental.

Todo ejercicio realizado de 3 a 5 veces por semana en una intensidad media o alta con un equivalente a 10000 pasos por día (8 kilómetros) se vuelve ideal para obtener los beneficios del deporte, este ejercicio lo puedes desarrollar con bicicletas estáticas o cintas para correr, por ejemplo. Si necesitas ayuda para escoger una máquina de cardio u otra, te recomendamos que visites las diferentes webs de salud de ilovefit, como puede ser su blog sobre la bicicleta elíptica dónde podrás escoger el modelo perfecto para ti.

El mínimo gasto energético que debería haber para que se genere un cambio basal en el sujeto sería de 17,5 kilocalorías por kilogramo de peso por semana. Es decir, que para que una persona de 70 kilos gaste lo mínimo sería una cantidad de 1225 kilocalorías, ya que una menor intensidad de ejercicio no generaría ningún cambio significativo.

La explicación molecular de lo que antecede sigue así: El ejercicio en esa medida provoca un aumento de factores neuronales, conocidos como adrenalina y noradrenalina, que coincide con la acción de algunos antidepresivos (los inhibidores de recaptación de noradrenalina). La vía metabólica mencionada desemboca en un aumento de BDNF, que es el Brain Derived Neurotrophic Factor, o Factor Neurotrófico derivado del cerebro, que viene a ser la neurotrofina más común en el sistema nervioso. O sea que los cambios plásticos que se producen en las neuronas a partir de genes activados por vías adrenérgicas llevan a modificaciones perdurables en los circuitos.

Esto es coherente con la experiencia de que la depresión genera una atrofia neuronal, estado tóxico e inflamatorio que se denomina también seudodemencia depresiva.

Neurobiología de la actividad física

La actividad física aumenta los 3 neurotransmisores más importantes en los circuitos del placer: dopamina, serotonina y noradrenalina. El deporte aumenta así la sobrevida neuronal, la vascularización cerebral y se está estudiando su influencia en la neurogénesis del hipocampo. En ancianos aumenta la actividad cerebral general y disminuye la tasa de injurias por razones isquémicas a medida que se mejora la calidad de los vasos sanguíneos cerebrales.

Otra neurotrofina que se aumenta con el ejercicio es el IGF-1, conocido por intervenir en el crecimiento nervioso, mediador de la mejora cognitiva inducida por el ejercicio en el hipocampo, mediante una potenciación de largo plazo en el hipocampo. Entonces podríamos concluir que la actividad física produce un estrés celular leve que produce división de nuevas neuronas, proceso que mencionamos como neurogenesis.

Actividad física como recurso médico

¿Para qué hacer gimnasia programada? Por lo general la medicina recomienda deporte en los casos de inhibición motriz. Para programar la actividad hay que tener en cuenta los antecedentes de la persona y por eso es importante concurrir al médico y realizar un seguimiento, ficha médica deportiva, chequeo generalizado, chequeo pautado previamente con frecuencia. Por lo general no se recomienda el deporte como terapia en pacientes que tuvieron un pasado exitoso con el deporte. Para no generar frustraciones. El deporte favorece las capacidades de superar miedos a través de un estrés controlable, ya que los circuitos en juego tienen que ver con la capacidad de recuperación.

¿Cómo empezar? En casos de principiantes o de personas que han sufrido largos períodos de inactividad, se empezará sugiriendo kinesioterapia en alguien que no hace actividad para en un segundo momento lograr la actividad deportiva socializada.